Dos inmigrantes han conseguido alcanzar la costa ceutí, a la altura de la playa
de la Almadraba, a bordo de una moto de agua. Hasta
esta playa se han aproximado patrullas
de la Guardia Civil e integrantes de la Cruz Roja, estos últimos para valorar el estado de las personas que han desembarcado y atenderlas. Este suceso ha ocurrido en la tarde y revela una dinámica que se ha potenciado desde el cierre de las fronteras el pasado 13 de marzo por parte de Marruecos, y el 16 de marzo por la parte española. Dicho cierre ha dejado varadas a personas en un lado y otro de la frontera y cada vez se documentan más casos de cruces por Benzú o el Tarajal a nado o bien de la forma que se ha podido conocer este mismo día. Se dan a un lado y a otro, como el pasado 14 de julio cuando dos pescadores marroquíes huyeron de Ceuta en varias motos de agua que salieron desde la parte de Beliones y cruzaron hasta las costas de Benzú para recogerlos y llevarlos de vuelta a su tierra. También el empleo de kayaks está marcando un verano definido por el goteo de llegadas de inmigrantes a Ceuta. No se han registrado entradas masivas por el vallado, ni llegadas de embarcaciones cargadas de gran cantidad de personas, pero sí se producen continuas intervenciones a modo de rescates de grupos reducidos que usan kayaks o, como en esta ocasión, motos de agua. Aunque este tipo de transporte también está suponiendo un filón para el tráfico de drogas: 63 kilos de hachís en una moto interceptada por la Benemérita el pasado 25 de julio y otros 96 de la misma sustancia que llevaba otra embarcación de este estilo a principios de ese mes son dos ejemplos de un transporte que se está convirtiendo en recurrente.