El domingo marchamos a Grecia. Pese a estas temperaturas de gota gorda y las olas de calor anunciadas por los meteorólogos, Atenas nos abre sus puertas para llegar al Olimpo. Llueva o truene, asados o sofritos, los filósofos esperan nuestra llegada a la cima de la sabiduría. Juanjo, mi colega y compañero de viaje, siempre busca captar los detalles, saborear imágenes desapercibidas para el más común de los mortales, indagar en guías y mapas que indiquen lugares recónditos y menos conocidos que los oficiales. Seguro que durante estos meses de preparación ya se habrá familiarizado con museos, paisajes, costumbres, músicas de la zona; no me extrañaría que se danzara un Sirtaki, se bebiera una copa de Retsina o haya estudiado las recetas de la tierra: Musaca,Tzatziki, Spanokopita, Spanakotiropites. Juanjo es de los profes que a su vez son activistas, sindicalistas y comprometidos con todas las causas. Me dice que en la mochila piensa llevar la guía de Grecia y El nacimiento de la tragedia de Nietzsche; también algunos diálogos platónicos para reflexionar en los mismos lugares en los que se escribieron. Camisetas una de la MAREA VERDE con todo el significado de lucha que ella conlleva, pantalones cortos y uno largo. Yo, siguiendo a Diógenes el Cínico, haré que mi equipaje deba ser tal que en caso de naufragio podamos nadar con él. Ropa cómoda y lo imprescindible: cartera, pasaporte, medicamentos habituales y nada más. Lo que cargas es una carga. Con el tiempo compruebas que casi todo es prescindible. “La riqueza ata a los hombres” y “ cuántas cosas hay que no necesito” son dos frases del botiquín de los aforismos. Lo mismo cuando pesen nuestro " impedimentum ( así llamaban los romanos al equipaje) les tenemos que hablar de la levedad del ser a los empleados del aeropuerto. La aventura de conocer la tierra de los grandes pensadores, buscar el río de Heráclito, la caverna de Platón, el ágora, la cárcel de Sócrates, el lugar en el que Eratóstenes calculó la distancia de la tierra al sol con precisión diabólica. Ver el horizonte que ellos vieron, el amanecer, las estrellas, el mar embravecido y en calma. Seremos discípulos aventajados viajando en el tiempo. Desde el Partenón seguiremos las elecciones del 23 de Julio con la esperanza de no tener que despertar a Sócrates para que nos eche una mano. Esperemos que Morfeo no nos haga perder el vuelo.