El rescate de un inmigrante subsahariano tras caer a una vaguada en las inmediaciones de la nueva cárcel, en Fuerte Mendizábal, ha terminado siendo uno de los servicios más delicados para los Bomberos y para la Guardia Civil.
Tal y como informó ayer El Faro, en la operación llevada a cabo para sacar al subsahariano de la vaguada en la que había caído tras saltar la doble valla, se pisó un avispero que había en la zona lo que provocó que las avispas atacaran a todo aquel que se encontraba en el lugar.
Hubo agentes de la Guardia Civil y del SEIS afectados por picaduras, pero los más perjudicados fueron un grupo de bomberos y en concreto dos de ellos que tuvieron que quedarse ingresados en Observación del Hospital Universitario hasta ayer, tal y como confirmó este Cuerpo, al haberse visto afectados por un centenar de picaduras entre los dos.
Entre los agentes que tuvieron que acudir al Hospital, había quienes presentaban entre 20 y 40 picaduras por distintas partes del cuerpo, además de que tenían arañazos y erosiones producidas por el roce con las ramas al intentar escapar del lugar. Algunos bomberos se tuvieron que meter en una zona encharcada para rechazar así el ataque y uno de ellos sufrió un shock anafiláctico.
Los más afectados sufrieron cuadros de vómitos y mareos dada la cantidad de picaduras sufridas. Uno de los bomberos se desmayó y se produjo una herida en la ceja. La situación fue grave no ya por la cantidad de picaduras sufridas por algunos agentes sino también por el hecho de que hubiera habido algún componente del SEIS o de la Benemérita alérgico, lo que le habría causado la muerte.
Una unidad del 061 se desplazó hasta el lugar de los hechos para intervenir. Al inmigrante no le atacó ninguna avispa.