Todos se hacen la misma pregunta. Sus últimas palabras fueron que la situación en la frontera era “ordenada”. Parece ser que se quedó a gusto con esta última intervención y se estará regocijando envuelto en su ego, pues desde entonces no ha vuelto a dar señales de vida.
Tras la masiva manifestación celebrada frente al Ayuntamiento, el pasado 29 de mayo, tuvieron que ser los propios comerciantes quienes nos trasladaron a los ciudadanos lo que se trató en su reunión con el Ministro de Justicia, el Señor Vivas y el ahora desaparecido Delegado del Gobierno. Fueron los comerciantes quienes nos expusieron a los ceutíes las conclusiones a las que se llegaron en esa reunión. Sin embargo, el Delegado del Gobierno, optó por esconderse, callar y esperar a que el tiempo se encargara por sí sólo de solucionar el grave caos fronterizo, o tal vez, que al menos se apaciguaran los ánimos. Sin embargo, el tiempo, como hemos podido comprobar, no ha hecho más que agravar aún más el problema. El grave problema del caos fronterizo, está llegando a límites insospechados, ya no sólo son las barriadas aledañas a la zona fronteriza las que sufren cada día los enormes atascos que se producen, algo que hasta ahora parecía no importarle a nadie, sino que el problema se ha extendido a, prácticamente, toda la ciudad.
Me pregunto qué hará el Señor Cucurull cuando las enormes colas de vehículos lleguen a su puerta, que poco le falta, por cierto. Me pregunto si permanecerá escondido como hasta ahora y si seguirá pensando que la situación aún sigue siendo “ordenada” según él, o por el contrario, decidirá sorprendernos y, de una vez por todas, tomar cartas en el asunto o “coger el toro por los cuernos”, la cuestión es que decida a hacer algo al respecto.
Es cierto que, cuando no son unos, son otros. Es cierto que, desde el país vecino, tampoco hemos visto ninguna intención de dar solución a este desesperante problema, pero también es cierto que, en esta cuestión, existe una nula colaboración entre ambos países, algo que salta a la vista. Sin embargo, los ceutíes permanecemos ajenos a las causas de esa pésima colaboración entre ambos países y, nuestro Delegado del Gobierno, tampoco es que haya dado explicaciones a este respecto. Lo único que ha hecho hasta el momento el señor Cucurull, ha sido “echar balones fuera” y practicar en nuestra frontera experimentos que han resultado fallidos, chapuza tras chapuza. Parece olvidar que esos balones es a los ciudadanos a quienes nos rebotan, ya que somos los ceutíes quienes sufrimos cada día la incapacidad y la nefasta gestión de nuestros responsables políticos. Somos los ceutíes quienes sufrimos cada día el grave y desesperante caos en el que por su pasividad e indiferencia ante los problemas que nos afectan, nos tienen sumidos a los ceutíes. Creo que ya es hora de que el Señor Cucurull se atreva a salir a la palestra, pero esta vez, para contarnos la verdad a los ceutíes, para explicarnos qué es lo que ocurre realmente con la cuestión fronteriza, y lejos de darnos su particular visión sobre lo que para él es una situación “ordenada”, insinuando que somos los ciudadanos quienes sacamos conclusiones precipitadas y que vemos problemas donde no los hay; lejos de eso, creo que ya es hora de que nos explique a los ceutíes si verdaderamente existe algún atisbo de esperanza con todo esto, si algún día podremos vivir sin esas eternas colas y esos desesperantes atascos, o si al menos, hay esperanza en que se reduzcan algún día, teniendo en cuenta el desalentador panorama. Que nos explique qué posibilidades hay de solucionar el grave caos fronterizo y, por supuesto, cuándo piensa ponerse manos a la obra.
De lo contrario, si el Señor Cucurull, decide permanecer en su zona de confort, y no afrontar la realidad, lo lógico y razonable sería entonces, que definitivamente, tome una decisión responsable y nos presente a los ceutíes, de manera inmediata, su dimisión.