Son torpes. Mucho. Más de lo que imaginaba. El ICD siempre ha estado marcado por la defensa de una política deportiva sobre los papeles, pero antideportiva en la práctica. No funciona. O sí lo hace, solo para lo que quiere. En cambio es una de las vacas sagradas del Gobierno, el mismo que se parte la camisa por algunos asuntos de dudosa defensa pero queda en evidencia con quien más apoyo necesita. El caso sufrido por Agustín es sangrante. Es vergonzoso. No tiene nombre, como tampoco lo tienen las versiones dadas por el ICD. Suenan a vacío, además de resultar insultantes: primero porque se ha demostrado que sí, que en la inscripción del chico se dejó marcado la casilla de discapacitado, y segundo porque esto no es más que un mero detalle. Fuera así o no, hubieran hecho o no la inscripción debidamente, el ICD tendría que haberle dejado disfrutar de la Milla. Pero como parece que existe un empecinamiento en hacer todo mal pues terminó ocurriendo lo peor: que metieron la pata con el más débil. Lo grave de esto, además del daño causado, es que ayer era obligada una comparecencia ante los medios de la responsable del ICD y no se organizó. No vale un comunicado de prensa ante un asunto de esta envergadura, ni cabe esconder la cabeza, ni lanzar ataques sin sentido. Solo cabía dar la cara: comparecer y hablar claro sobre lo ocurrido porque han dejado no solo a unos afectados tirados sino a toda una ciudadanía molesta y enfadada porque no sabe ni entiende qué ha pasado. Nos hablan de seguridad. ¿Lo dicen en serio?, ¿están capacitados para demostrar que la organización de la Milla fue la adecuada, que era segura? Nos hablan de organización. ¿Creen que estaba bien organizada la forma de llamar a los competidores?, ¿a ‘los marroquíes’ también? Lo hicieron mal. Tampoco extraña mucho. Pero esta vez lo hicieron mal con un niño que no se merece esto, con mucha gente que le apoya y acompaña y con una ciudadanía que lo admira. Porque Agustín representa la lucha, el reto, el avanzar, el mérito de tener ilusión y para muchas personas ese chico es un auténtico héroe. Pero fíjense ustedes que en la Ceuta de una política deportiva brillante, en la Ceuta en la que tenemos un ICD que es lo mejor del mundo, en la Ceuta en donde nos podemos quitar el sombrero... vienen a sacarnos el librito para decirnos que cumplieron las normas. Es vergonzoso, impresentable e indecente que haya pasado esto. Pueden buscar las excusas que quieran. El daño se ha hecho con quien menos lo merecía y con una sociedad indignada a la que ustedes, los políticos, se deben. Den la cara y hablen.