El Secretariado de Migraciones de la Diócesis de Cádiz y Ceuta organizó la proyección de El Naufragio: 30 años de memoria sumergida en la Parroquia de Nuestra Señora de África. A las 20.30 se inició la reproducción del documental dirigido por el periodista Nicolás Castellano que comienza con la narración de Ildefonso Sena, testigo de la aparición de un cadáver en una playa gaditana a primeros de noviembre de 1988. Una fotografía que dio la vuelta al mundo y que fue el inicio de todo lo que vendría después: al menos 6.700 personas han perdido la vida intentando cruzar a la Península desde entonces.
La película, producida y realizada por la Diputación de Cádiz, pretende ser un recorrido de la historia migratoria durante los últimos 30 años en el Estrecho de Gibraltar. La obra combina imágenes de las costas que han protagonizado la mayoría de desembarcos de pateras, testimonios de supervivientes, organizaciones implicadas incluso personas que participaron en el rescate de algunos de ellos. El espigón del Tarajal también aparece en la película, lugar de origen de muchas de las travesías que algunas personas escogieron para conseguir su sueño: tener una oportunidad en Europa.
“El objetivo de esta proyección es la sensibilización de la gente con este problema y tomar conciencia de la realidad que se muestra en el documental, la muerte que desde hace 30 años acecha nuestras costas”, narró Ana Rizo, del Secretariado de Migraciones de la Diócesis de Cádiz y Ceuta.
Tras el visionado, la organización organizó un coloquio entre los asistentes para debatir sobre la problemática de los movimientos migratorios, el auge de los intentos por vía marítima y el modelo actual de fronteras en el Mediterráneo.
Esta actividad forma parte de un programa que el área social de inmigración de la Diócesis ha organizado por la Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado que se celebra el día 29 de septiembre. Además de esta actividad, se ha organizado una vigilia en la playa de los Lances de Tarifa, donde se encontró el primer cadáver, en memoria de todos los fallecidos desaparecidos en el Mediterráneo.
“Desde el primer fallecimiento mortal en 1988, todos los años ha habido alguna tragedia en costas españolas y nosotros tenemos que asumir la responsabilidad que tenemos en el fenómeno de las migraciones”, subrayó Rizo, quien coordinó la proyección.
‘No se trata solo de migrantes’ es el lema de este año para la jornada que se celebrará a nivel mundial. Esta conmemoración presenta una novedad: la Santa Sede decidió hace varios meses cambiar de enero al último domingo de septiembre la Jornada, respondiendo a la petición de varias Conferencias Episcopales, resolviendo celebrarlo el 29 de este mes. Según la Diócesis, “la fecha es distinta pero el objetivo es el mismo: sensibilizar sobre la acogida de inmigrantes y refugiados que no son ningún peligro”. Los obispos de la Comisión Episcopal de Migraciones recordaron en un mensaje para la jornada “la necesidad de erradicar y prevenir” situaciones de vulnerabilidad o desatención de los derechos humanos.