En nuestro país son ya dos millones de familias las que carecen de ningún tipo de ingreso en sus casas. Más de seis millones están en paro. Nuestros jóvenes se ven obligados a exiliarse a otros países en busca de un trabajo en el que, muchas veces, van a ser casi explotados. Miles de personas están siendo lanzadas de sus casas a diario. Acceder a la asistencia social se ha convertido más que en un ejercicio de solidaridad obligatoria por parte de las administraciones en algo así como una práctica caritativa jerarquizada.
Con este panorama tan desalentador nos acercamos al próximo primero de mayo. Día histórico en cuanto a las reivindicaciones del movimiento obrero mundial. Este año más necesario que nunca para reclamar derechos sociales y laborales que han sido notablemente menguados por parte del gobierno actual y cuya reforma laboral ha empujado a quienes aún tienen un puesto de trabajo a aceptar casi todas las imposiciones del empresario o empresaria de turno con tal de no perder su puesto.
Las diferencias sociales son cada vez más notables y la brecha entre quienes tienen mucho y quienes apenas tienen nada, aumenta a pasos agigantados.
En Ceuta el paro no ha cesado de aumentar ni un día desde que gobierna el Partido Popular. Es lo que dicen las estadísticas. Cada día hay más demanda de empleo y cada vez más parados y paradas de larga duración. Paralelamente la pobreza también aumenta y nuestros estudiantes están al borde de la frustración y la desesperación por la incertidumbre del futuro que les espera.
Con semejante panorama sólo tenemos dos posibilidades: La primera, quedarnos en casa, sin hacer nada, en actitud absolutamente pasiva, a verlas venir, y esperando que los demás hagan algo o que a través de algún milagro el PP cambie su gestión o dimita. Respetable como tantas cosas en la vida.
La segunda, es salir a manifestarnos pacíficamente, a reclamar lo que es de justicia para cualquier ciudadano o ciudadana, no sólo por nosotros, sino también por nuestros padres, hermanos, hijos, amigos y vecinos que están viéndose afectados por las modificaciones del gobierno que se empeñan en romper la cuerda por el lado más débil. Yo lo tengo muy claro, me parece además de una acción reivindicativa una forma de expresar solidaridad y por supuesto la mejor manera de demostrar a quienes nos gobiernan que no somos sus cómplices y que estamos absolutamente en contra de los recortes que parecen tener especial empeño en acorralar y reducir a quienes por las circunstancias ya les costaba mucho esfuerzo llegar a fin de mes.
Pese a las costosas manipulaciones informativas orquestadas a nivel nacional para presentar a los representantes de los trabajadores y trabajadoras como el enemigo de sus representados es evidente que quiénes ordenan y mandan que se recorten nuestros derechos no son ellos sino quienes gobiernan y que sólo pretenden escurrir el bulto de sus decisiones temerarias alentando la división entre la sociedad.
Divide et impera es una de las máximas del Partido Popular siempre que han tenido que enfrentarse a algún grupo de presión, o a la sociedad en general y, posiblemente por ello, ahora más que nunca, necesitamos la unión del pueblo para reivindicar los derechos de todos y todas.