Para muchos campamentos de la Península, el de 2022 está siendo el “año del reencuentro”. Tiempo de retomar viejas costumbres que se han visto paralizada durante dos años a causa de la pandemia de la Covid-19. Desde el pasado 14 de agosto, 36 jóvenes de Ceuta están disfrutando de unas jornadas en el albergue juvenil Fuerte Nagüeles, situado en la ciudad malagueña de Marbella. Un enclave entre el mar y la montaña, en el que estos niños y niñas están supervisados por cuatro monitores de la ciudad autónoma: Fran Guerra, Eva Martínez, Omar Licho y Ana María Pimentel. Además, a este equipo hay que añadir otros dos que se dedican a controlarlos durante las actividades.
No hay tiempo que perder, el aburrimiento no tiene cabida a lo largo de estos siete días. Lo primero, según explica Fran Guerra, fue la toma de contacto. “La mayoría no se conocen y por ello hicimos dinámicas de presentación con el fin de que se conozcan un poco y se aprendan los nombres de los compañeros. Después, les comentamos las normas del campamento y se hizo el reparto de habitación”, dice el caballa. Una vez que se aprendió la norma y se supo quién iba en cada estancia, arrancaron las actividades. Por ejemplo, el pasado lunes estos niños y niñas practicaron pádel surf y kayak en el Lago de las Tortugas. Entorno natural al aire libre, donde se ofrecieron algunas nociones de cuidado medioambiental, pinceladas ecológicas para una mayor sostenibilidad del planeta Tierra.
Fuerte Nagüeles, lugar de residencia durante la experiencia veraniega, también se convierte en espacio de recreo. Su frondoso verde les brinda la oportunidad de disfrutar de los parques de árboles donde hay puentes y trepaderas. “El grupo se está comportando muy bien”, matiza Guerra, quien agrega que “venían con ciertos prejuicios interiorizados y conductas, las cuales han modificado poco a poco”. Con estas palabras se refiere, en particular, al momento de recoger los platos y cubierto tras el almuerzo o cena. También, al mantenimiento de la habitación. “No pueden tenerla como si fuese una cochinera”, aconseja este monitor.
“Cuánta falta nos hacía reunirnos de nuevo y hacer estas actividades junto a los niños”
La adrenalina es otro elemento que experimentan, según el ejercicio. Este pasado miércoles fueron a la playa para hacer actividades con motos acuáticas. Asimismo, “nos montamos en unos roscos, el cual iba tirado de una lancha”. Esta hormona se les disparó, disfrutaron durante este paseo en el mar. Esto sucede en el transcurso de la mañana y ya por la tarde, el multideporte estuvo servido con el vóley playa, juegos en la piscina y carreras de orientación. Sin duda, estos jóvenes tienen las pilas recargadas, no hay quien los frene porque están saboreando este campamento de principio a fin. Eso sí, la interrelación es fundamental. “Les dejamos tiempo para que hablen y se conozcan entre ellos”, asegura Guerra.
Pasado el ecuador de estas colonias que organiza la Consejería de Juventud y Deporte y la Casa de la Juventud, todavía queda mucho por experimentar y vivir. Ayer pasaron por el ‘Funny Hill Ojen Marbella’, las pistas de karting donde este grupo de 36 menores se montaron en sus vehículos respectivos para recorrer los distintos circuitos que tienen desplegados por toda la zona habilitada. Después del almuerzo y parón de mediodía, los pequeños caballas asistieron a la actividad ‘Multiaventura en los árboles’, la cual consiste en la trepa de red, cruzar pasarelas y montar en tirolina. Sin duda, estos jóvenes desfogaron esa adrenalina que llevan por dentro. Y, no menos importante, también se refrescaron en la piscina para sofocar el calor de verano. “Los mantenemos casi en todo momento a la sombra”, explica Fran Guerra para evitar que estén expuestos al sol en las horas de mayor irradiación.
Padres y madres
Los progenitores de estos niños tienen un grupo de Whatssap con los monitores, donde se informan de lo que se realiza durante las distintas jornadas de colonias. No les falta detalle alguno, pero este hábito se lleva a cabo de esta manera porque “lo que pretendemos es que los niños no estén pegados a los dispositivos, ya bastante lo usan cuando están en sus casas”, manifiesta Guerra.
No obstante, adiciona que “se los tenemos prohibido porque no se puede estar con el móvil durante las actividades. Considero que sería una falta de respeto”. Entre el grupo, cabe alguno al que le cuesta adaptarse y otros ni siquiera lo sienten porque lo han dejado directamente en casa.
Este viernes, los menores visitan el Puerto Deportivo de Marbella, donde montarán en lancha. Antes del almuerzo, un baño en la playa y ya por la tarde, paintball y juegos en la piscina.
Sexta jornada intensa, puesto que les espera la ‘Gran Fiesta’. Noche de convivencia con la que toca ir despidiéndose de esta aventura veraniega al son de la música. “Está siendo muy gratificante, verlos disfrutar nos reconforta a los monitores”, dice el caballa.
Además, todos están aprendiendo valores como la cooperación, solidaridad, así como el cuidado del medio ambiente a la par que están en continuo contacto con la naturaleza. “Cuánta falta nos hacía reunirnos y hacer estas actividades”, así lo corrobora este grupo de monitores. Mañana por la tarde toca volver a la ciudad autónoma con la mochila cargada de recuerdos, con momentos que se convierten en anécdotas y que estos pequeños y adolescentes no olvidarán.