Hacerse cargo del equipo directivo de un centro docente en Ceuta parece haberse convertido definitivamente más en un incordio evitable que en un aliciente al que postularse. En cuatro (el IES Almina y los CEIP Ramón y Cajal, Ortega y Gasset y Príncipe Felipe) de los siete centros en los que se va a producir vacante a la finalización del presente curso no se ha registrado ninguna candidatura para ocupar esa responsabilidad.
El año pasado ocurrió lo mismo en dos colegios. El anterior, en un centro de Infantil y Primaria y en un instituto. En tres años, solamente una vez ha habido dos candidaturas en liza en un centro.
“No se incentiva”, resume un director en ejercicio. “Hace falta revistar el marco normativo que data de hace treinta años y actualizar los complementos retributivos”, resumen desde la Federación de Enseñanza de Comisiones Obreras (FECCOO). “Al final el 90% del trabajo se refiere a labores administrativas y burocracia y un 10% a tareas pedagógicas, que es lo que puede motivar”, lamenta otro miembro de un equipo directivo.
El diagnóstico es común, pero en Melilla, que teóricamente tiene un marco equiparable al de Ceuta al margen de circunstancias personales de cada docente, no sucede lo mismo: este año solamente se ha quedado un centro de trece sin candidatos a director y ninguno ni en 2022 ni en 2021.
Ambas ciudades coinciden, por ejemplo, en lo casi vetusto de sus normativas, que datan de 1993 o 1994. Treinta años cumplirá en septiembre la Orden reguladora de los comedores escolares y a la misma edad llegarán el próximo ejercicio los reglamentos orgánicos de colegios e institutos.
"Todo se convierte en un entuerto que hay que interpretar o depender la interpretación que en su momento haga la Inspección"
“Al final todo se convierte en un entuerto que hay que interpretar o depender la interpretación que en su momento haga la Inspección, la administración...”, resumen conocedores directos de la problemática, que recuerdan que las retribuciones extra de un director de un IES oscilan entre 515 y 729 euros (brutos), en función del alumnado del centro. En un colegio se cobran entre 289 y 598 euros más según su número de unidades, menos si se trata de una Jefatura de Estudios.
Las cantidades se estancaron hace tres lustros y si se acepta, se pierde el plus de función tutorial.
“A cambio hay que lidiar con los problemas que genera la doble administración y el hecho de que la Ciudad no responda como debe a sus competencias de limpieza y mantenimiento, que la alarma te pueda sonar en cualquier momento del año... Para estar sentado en el despacho puede compensar, pero si de verdad te quieres implicar no está incentivado”, añade un director que no tiene, a diferencia de en Andalucía, ni capacidad para asignar a un docente al grupo que estima más procedente.