Categorías: Sociedad

Diez horas de agonía para olvidar

La falta de información en el momento del accidente y, cuentan, el nulo interés de la naviera para conocer su estado a lo largo de este año son dos de las principales quejas de quienes tuvieron la mala fortuna de viajar en el ‘Milenium II’ la tarde del 13 de enero de 2012

Muchos son los que no olvidan la cara de pánico de Rodrigo. Ni la pregunta que éste formulaba constantemente. “¿Nos vamos a morir?”. Unos minutos antes había salido despedido por los aires desplazándose unos cuatro o cinco metros. Al caer, se golpeó la cabeza contra un cenicero y se torció el tobillo. Rodrigo tiene 11 años y, un año después, evita la soledad. Trata de estar siempre acompañado, busca protección. Su padre, Miguel Ángel Matoso, es el presidente de la plataforma de afectados que, a través de Adicae, se formó tras el accidente y que representa a más de una veintena de víctimas. “La peor sensación de todas es la incertidumbre de no saber qué va a pasar, en definitiva, estar ahí sin saber si te hundes o no”, opina este. Su mujer, María del Mar, y él viajaban medio adormilados después de pasar unos días en Sierra Nevada junto a su hijo. Este, aburrido de la travesía, se había colocado junto a los ventanales grandes para, a pesar de la oscuridad, tratar de observar si llegaban.  
“Mi primer recuerdo es un fuerte zarandeo y un ruido ensordecedor que nunca se terminaba”, rememora Matoso, “el segundo el grito agónico de un niño que entonces ni siquiera identifiqué como mi hijo”. Por más que tratase de buscarle una lógica a todo no había manera de encontrársela. Del garaje salía humo, o más bien una bruma, pero no olía a quemado de motor ni a gasoil. Rápidamente llegaron las conjeturas. “Yo pensaba que habíamos pegado contra la bocana”, comenta otra de las afectadas, Marta Morán. Dice que escuchó la palabra ‘bomba’ en innumerables ocasiones. Otros pensaban que habían encallado pero, “¿cómo íbamos a encallar en medio del Estrecho?”. Situada a escasos metros de la zona del impacto, reconoce haber pasado mucho miedo. Por el impacto, sí, pero sobre todo por la incertidumbre y la falta de información. “Sobre el papel había un protocolo, pero ahí no se vio nada de eso”, asegura. De todos modos no culpa a las azafatas, pues entiende que en un momento de tanto caos todo el mundo estaba pasando miedo, incluidas ellas.
Entre los 174 pasajeros, entre ellos varios niños de corta edad, también estaba Antonio Fernández. Iba junto a su mujer y una amiga del matrimonio que viajaba por vez primera a nuestra ciudad. “Me cogió de pie, pues aunque era de noche, trataba de ver Benzú o la zona de la Ballenera para poder mostrarle a nuestra amiga las luces”, recuerda por teléfono desde Marbella, donde tiene fijada su residencia. Ya jubilado, todavía tiene secuelas físicas al igual que le pasa a muchos de los afectados. Morón, por ejemplo, ha visto como el problema con dos hernias discales que ya tenía se ha agravado tras el golpe, pues se le han inflamado. “En ese momento de tensión no te duele nada, solo quieres salir de ahí como sea”, reconoce. Antonio, por su parte, continúa un año después tomando tres ibuprofenos diarios para paliar los fuertes dolores de espalda. “La tengo hecha polvo”, cuenta, “como iba de pie caí al suelo, se me rompieron las gafas y al caer, como peso mucho, rompí incluso la silla en la que iba montada mi mujer”. La amiga que les acompañaba, comenta, desembarcó nueve horas después del choque con “el azúcar por las nubes, ya que es diabética”.
Muchas son las quejas y reclamaciones que manifiestan unos y otros. “Al llegar lo que más me fastidió es que, aunque todas las autoridades estaban allí presentes, en ningún momento se dirigieron a los viajeros para ver cómo nos encontrábamos”, dice Fernández. También quiere que se sepa que había muchas carencias sanitarias. “Ni un tensiómetro”, ejemplifica. Y cree que el helicóptero debería haber desembarcado a algún profesional sanitario que ayudase en esos momentos porque, de lo que él pudo ver, “una mujer llegó a desmayarse incluso en cinco ocasiones”.
Fernández reconoce no haber cogido miedo al barco, “traté de estar tranquilo y transmitir confianza al resto del pasaje”, pero sí que muchos de los afectados han desarrollado cierto respeto contra el único medio de transporte con que actualmente cuenta Ceuta para cruzar el Estrecho. Confesa amante del mar y los deportes acuáticos, Morón ya no se monta en el barco con la misma confianza que hace un año. “No se me olvidará nunca, tuvimos mucha suerte de que no hubiera levante”, piensa. Eso sí, percibe cierta falta de garantías para los viajeros, algo que le indigna porque “es la única opción que tenemos para cruzar”.
Buena parte de la controversia y la polémica, una de las principales quejas de absolutamente todas las víctimas, es la falta de información. “El primer aviso por megafonía decía que habíamos chocado contra una ‘pequeña’ embarcación”, relata Matoso, “así que yo entendía que sería un pesquero o una ‘traíña’,  y un barco así no puede producir el golpe tan fuerte y el ruido que se produjo”. En cuanto a la falta de atención por parte de los mandos existen discrepancias, pues mientras unos aseguran que en ningún momento el capitán bajó para interesarse por el estado de los pasajeros, a otros les ha llegado noticia de que sí que estuvo entre el pasaje, pero al no ir uniformado nadie se percató de su presencia y en ningún momento se identificó como el capitán. Fuera o no así, la crudeza de esas diez horas no se les olvidará jamás. “Por supuesto que es una de las experiencias más traumáticas de mi vida porque te planteas, ¿qué vas a hacer cuando te encuentras en una situación así en alta mar?”, reconoce Matoso tras indicar que alivió un poco más el miedo cuando a través de las ventanas vió, transcurrida casi una hora, las luces de las embarcaciones de Guardia Civil y Salvamar.
Ninguno entiende la desinformación. “Los primeros en ser conscientes de lo ocurrido fueron varios jóvenes que, preocupados por el estado de sus vehículos, bajaron al garaje nada más cesar el zarandeo”, rememora Morón, “ya ellos vieron la imagen del choque y poco después la tripulación cerró el acceso algaraje para que nadie más bajase”. Tampoco olvida el pánico vivido por la mujer que viajaba a su lado abrazada a su bebé de apenas un año. “Estuvimos varios segundos rodando por el suelo y a ella, en un momento dado, se le escapó la niña de los brazos y fue mi hija quien logró cogerla y devolvérsela”, describe.
Imágenes como esa no se le borran de la memoria. Ni a ella ni a las cerca de 200 personas que ese día vivieron uno de los momentos más críticos de su vida. Muchos fueron los rostros de temor, las frases de pánico y demasiadas las horas que permanecieron a la deriva en medio de un Estrecho de Gibraltar al que, aún así, deben agradecerle la deferencia que tuvo al mostrarse, esa fatídica noche del viernes 13 de enero de 2012, más amable de lo que suele ser habitual en esta época del año. Inmersos en plena batalla judicial, la intención ahora de la mayoría de los afectados, tal y como explica Matoso, “no es ser peseteros, sino que el accidente haya servido para que ahora se pongan los medios y que esto no se vuelva a repetir”.

Entradas recientes

Despedida de Ceuta: 62 inmigrantes del CETI marchan a la Península

Un grupo de 62 residentes del Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes de Ceuta ha…

06/08/2024

Operación Feriante: el pase de los inmigrantes en atracciones

La tradicional Operación Feriante se ha puesto en marcha desde primera hora de la madrugada…

06/08/2024

Agradecimiento a las fuerzas y cuerpos de seguridad en la Feria

El presidente de la Asociación de Feriantes agradece el trabajo de las fuerzas y cuerpos…

06/08/2024

Lienzos para labrar una nueva vida: la historia de Zakaria

Se negó a dejar que su arte fuera solo parte de su pasado. Zakaria Errahmani…

06/08/2024

Talleres de formación para jóvenes desempleados a partir de octubre

La Ciudad, a través de la Casa de la Juventud, llevará a cabo el desarrollo…

06/08/2024

Condenado por tráfico de hachís en una tienda de golosinas en el Príncipe

El magistrado titular del Juzgado de lo Penal número 2 de Ceuta ha condenado a…

06/08/2024