La Protectora de Animales recogió a estos canes tras un aviso de abandono. Tranquilos, nobles y cariñosos, el objetivo ahora es encontrarles un hogar
La Protectora de Animales ha ampliado su ya de por sí gran familia. El viaje a Francia no sólo sirvió para trasladar a 83 animales que allí encontrarán una familia adoptante, sino también para salvar la vida a diez galgos, cuyos propietarios tenían intención de abandonar a su suerte. El anuncio de uno de los galgueros llegó hasta la Protectora de Animales, a través de una voluntaria que contactó con Javier Blanco, vocal de la directiva. “Nos dijeron que había diez galgos que necesitaban acogida porque su propietario los iba a entregar y esta persona no se podía hacer cargo”. Es el final de la temporada de caza y los galgos hubieran terminado sus días vagabundeando por montes o atropellados en alguna carretera de la Península. “Ahora en las protectoras y asociaciones están saturados por los numerosos abandonos de estos perros, además de podencos y bodegueros”, apunta Blanco. La Protectora ceutí no pudo mirar hacia otro lado y tras decidir rescatarlos, se acordó que en el camino de regreso de Francia recogerían a los diez animales, cuatro en Jerez y seis en Conil. Para ellos comienza una nueva etapa y un reto: encontrar una familia que les haga un hueco en su corazón. Aunque de carácter sociable, noble y cariñoso, pero también muy tímido, para alguno de ellos el cambio no está siendo nada fácil. Es el caso de Eiza, una hembra que, desde que llegó a la ciudad, mostró una actitud asustadiza, pero no por ello menos noble que el resto de sus compañeros. Otro de los casos más dramáticos con los que se ha encontrado la Protectora en esta recogida es el de Dante, un joven galgo ciego que ha emocionado a todos los que han tenido la oportunidad de conocer su historia. Y es que Dante cuenta con un lazarillo que lo acompaña a todas horas para guiarle en su oscuridad: su propio padre, otro de los animales abandonados que se ha convertido en los ojos de su hijo. Tanto Eiza como Dante viven ahora en dos casas de acogida a la espera de encontrar un hogar definitivo. Aunque saben que no es tarea sencilla, los responsables de la Protectora desearían una adopción conjunta de Dante y su padre. “Es algo difícil, pero sería una pena separarlos porque siempre han estado juntos y están muy unidos”. A pesar de lo que muchos pueden creer, y aunque son animales que disfrutan del ejercicio físico, no requieren de demasiada actividad. “Están acostumbrados a la caza y si se llevan al campo les encanta correr, pero en una casa son muy tranquilos y sociables y no dan nada de guerra“, subraya Blanco. Tranquilos, caseros y sociables. Así son estos galgos cuyas edades comprenden entre los dos y los 6 años. Troya, Ónix, India, Asia, Dandi, Siena, Gala, Eiza, Dante y Cairo: diez vidas rescatadas que esconden en sus nobles miradas el deseo de una nueva familia.