Diego Valencia tenía aproximadamente 70 años y era el sacristán de la iglesia de La Palma, en Algeciras, cuando su vida fue segada en un ataque con machete.
Era propietario de una floristería de la calle Tarifa, denominada Floristería del Carmen, encontrándose al lado de la iglesia de Nuestra Señora del Carmen. Valencia tenía fuertes raíces en Algeciras, donde ha dejado viuda y dos hijos, además de nietos.
Llevaba casi 20 años encabezando la sacristía de la iglesia, situada en la Plaza Alta, uno de los puntos de mayor actividad de la localidad del otro lado del estrecho.
De Valencia se dice que era muy cercano a los adolescentes, colaborando con familias desestructuradas y residentes en barrios marginales, para evitar que los jóvenes frecuentaran "malas compañías". De hecho, muchos de los cofrades actuales pasaron por su lado, inculcándoles este la afición a la Semana Santa.
Otro de los hechos que se atribuye a Valencia es haber aglutinado en torno a la típica cruz de mayo, las que se enseñan durante ese mes en Andalucía, a un gran grupo de jóvenes cofrades de Algeciras, que solían portarla en Semana Santa como costaleros del paso de la capilla de San Antón.
Precisamente, la cruz estaba elaborada con flores del negocio del sacristán fallecido.
Su floristería tuvo también gran relevancia en los carnavales de la localidad, ya que Valencia cedió durante años su local para que ensayaran allí diversas agrupaciones, chirigotas y comparsas.
El ataque
Valencia muerto y varios heridos. Ese fue el saldo del ataque a varias iglesias de Algeciras. El sacristán y un sacerdote fueron los dos afectados más graves. El Ministerio de Interior todavía no se ha pronunciado sobre la naturaleza de este suceso, pero otros medios de comunicación lo asocian ya al terrorismo.