El viento, un factor clave en la
climatología de Ceuta, sopló el año pasado en la ciudad durante casi 160.000 minutos, el equivalente a 110 días y medio, de
levante. De componente este combinado con norte o sur lo hizo otras nueve semanas: 13,5 jornadas en cómputo global del noreste y 52,8 del sureste, según los datos que desde finales de 2020 recoge la estación meteorológica de
Acemsa. En total, los vientos de levante, que alcanzan directamente la ciudad desde el mar, encontrándose con la elevación del Jbel Musa, que los eleva y enfría, aumentando de este modo su humedad relativa, fueron protagonistas un total de 178 días, casi la mitad del ejercicio natural completo. Los de poniente, que suelen llevar menor velocidad y son más secos debido a que se desplazan de un mar más frío (el océano Atlántico) a uno más cálido (el Mediterráneo), lo que disminuye su humedad relativa al aumentar la temperatura, dominaron 173,9 días (durante 90,1 ‘puros’ y un mes soplando del noroeste y otro del sureste).
Los días con vientos del norte (que provienen de zonas continentales y suelen aparecer tras el paso de frentes de lluvia) no pasaron de 12,5 y las jornadas con componente sur no llegaron a 18. En 2021se registró en enero la temperatura más baja de todo el año en la ciudad (6,7 grados) y en agosto la más alta (38,4). El Informe de Sostenibilidad Ambiental del futuro PGOU augura que las temperaturas máximas medias en la ciudad subirán, sobre todo en verano, un grado hasta 2040; “alrededor de 2” hasta 2070 y “entre 2 y 3” antes de que finalice el siglo. En enero y agosto se alcanzaron también tanto el nivel de humedad relativa más alto (100%) como el más bajo (3%). El primer mes del año se dio el momento con la velocidad de viento más baja (solamente 0,02 kilómetros por hora) y en diciembre, con la más alta (83,1). Durante dos tercios del año (224,5 días) la velocidad del viento en la ciudad osciló entre 10 y 20 kilómetros por hora y únicamente durante 1.811 minutos superó los 50.