Menana Hossain Ali es enfermera de Ingesa y educadora en diabetes de Atención Primaria del Área Sanitaria de Ceuta. La experta propone pautas de alimentación de cara a afrontar el Ramadán sin poner en peligro la salud e insiste en la necesidad de educar sobre estos temas a la comunidad.
–¿Cómo se debe romper el ayuno?
–Hay que tener una alimentación equilibrada. Cuando se rompe el ayuno, habitualmente, se abusa de los alimentos dulces. Recomiendo a las personas sanas que limiten la ingesta de pasteles, porque son hipercalóricos. También aconsejo no añadir azúcar a los zumos y batidos, que ya tienen suficiente. Y, sobre todo, evitar los atracones. No comer seis dátiles para romper el ayuno, por ejemplo. Es demasiado porque, además, luego sumamos los zumos, las breguas, las chuparquías, la sopa…, es demasiado. Es un aporte de hidratos y de azúcar muy alto.
–¿Por qué se consume tanto azúcar en Ramadán?
–Abusamos mucho del azúcar porque el cuerpo lo necesita, el organismo funciona con él, que es como nuestra gasolina. Cuando no consumimos azúcar el cuerpo lo saca de otra parte. Una persona sana, aunque esté en ayuno, compensa esa falta de azúcar porque es necesario. Y, aunque el cuerpo te pide consumirlo, se puede hacer, pero de manera medida. Ahora tenemos más posibilidades y recursos y hemos ido añadiendo alimentos a la mesa, pero es mucho.
–¿Cuál sería la fórmula perfecta para alimentarse este mes?
–Un par de dátiles y una sopa para empezar. Luego, para la cena, proteínas, que son necesarias cada día, un tallín, por ejemplo, es muy sano si no se come con mucho pan, solo la carne o el pescado con la verdura. Y ya, para la madrugada, lo más indicado son los hidratos de carbono, que van a durarnos todo el día y algún lácteo, quesos o un huevo. De esta forma estaríamos llevando una dieta muy apropiada.
–Con un ayuno tan prolongado, ¿hay que preparar el estómago para la comida en la noche?
–Estamos entrenados desde la infancia. De pequeños, aunque no estamos obligados, vamos haciendo ayunos poco a poco para ir acostumbrándonos. A los diez o doce años comenzamos a practicar. Igual un día se hace media jornada, otro unas horas…, hasta que se completa.
–¿Qué papel juega el agua en el ayuno?
–Nuestro ayuno es muy completo y prolongado por eso es muy recomendable hidratarse con agua para aguantar todas las horas que no se va a poder consumir nada.
–¿Las mujeres embarazadas cómo cumplen en Ramadán?
–No deben de hacer ayuno las mujeres que esperan un hijo, al igual que aquellas o aquellos que tienen alguna enfermedad crónica, dependiendo de la gravedad de la dolencia. Cuando se tiene el periodo tampoco se hace, pero luego se tiene que devolver. Las personas sanas y jóvenes que por algo no ayunan, lo tienen que efectuar más tarde aunque ya no sea Ramadán.
–¿Y las personas con diabetes?
–Hay dos clases de diabéticos. Por un lado está la diabetes tipo 1, que son niños y personas jóvenes que no tienen insulina y se tienen que pinchar cuatro veces al día. Este grupo no puede realizar ayuno bajo ningún concepto, porque su cuerpo no lo soportaría. Luego, por otra parte están los diabéticos de tipo 2, que son personas a partir de los cuarenta años. Individuos que sufren una degeneración progresiva del páncreas. En estos casos va a depender del estadio en el que se encuentren para que puedan o no hacer el ayuno. El tipo 2 termina convirtiéndose en 1 y ya no podrían realizarlo. Es importante controlar esto caso por caso porque es un asunto muy individual.
–¿Hasta qué punto la gente es consciente de estas limitaciones?
–Es complicado. El ayuno está muy arraigado y hay desconocimiento médico al respecto. Personas que no conciben que no pueden hacerlo porque lo han cumplido siempre y se sienten bien. No creen que les vaya a pasar nada, pero hay casos en los que no se puede ayunar. Es muy importante educar en este sentido. A pacientes mayores, sin estudios, que no saben, como una señora que viene a mi consulta y tiene muchas dolencias. Le indiqué que no podía hacer ayuno porque era poner en riesgo su vida pero ella aseguraba que se sentía bien y que quería practicarlo. En estos casos el Imán juega un papel primordial.
–¿Qué menú recomendaría a los diabéticos este Ramadán?
–No abusar de los hidratos de carbono que son todo lo que se convierte en harina. Las sopas, hacerlas más ligeras, con menos harina para espesarla y garbanzos. Lo adecuado es tomar un par de dátiles (un dátil equivale a un sobre de azúcar) y dos cazos de sopa (que serían como cuatro sobres de azúcar). Hay que pensar que lo ideal es tomar una cantidad equivalente a seis sobres de azúcar por comida. Luego, realizar una cena a las cuatro horas metiendo verduras, proteínas y una fruta, nada de batidos. Y después, por la mañana, ingerir un vaso de leche con un pan, queso o un yogur.
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