El 22 de abril se celebra el Día Internacional de la Tierra. Se estableció para crear una conciencia común a los problemas medioambientales como la superpoblación, la producción de contaminación o la conservación de la biodiversidad. Su objetivo es subrayar la importancia del uso responsable de los recursos naturales de la Tierra así como de una educación ambiental.
Las Naciones Unidas reconocen que "la Tierra y sus ecosistemas son el hogar de la humanidad. Asimismo, afirman que para alcanzar un justo equilibrio entre las necesidades económicas, sociales y ambientales de las generaciones presentes y futuras es necesario promover la armonía con la naturaleza y la Tierra". Es por esto que se decidió designar el 22 de Abril como el "Día Internacional de la Madre Tierra".
El día de la Tierra fue incluido en la agenda internacional en 1970, a fin de que los políticos, empresarios, estudiantes y todos los sectores de la sociedad le dieran importancia al ambiente y sus problemas. Después de 46 años, el panorama ecológico actual muestra la escasa atención que nuestro mundo ha recibido. El deterioro del ambiente es un problema global, aunque hay países donde es realmente alarmante.
Todos hemos de poner de nuestra parte, en especial los responsables políticos, para que el planeta siga adelante. Por ejemplo, el cambio climático es un hecho, de modo que aunque para muchos políticos les parezca que el problema es algo lejano, éste es el día en el que les llega el aviso de que es momento de cambiar y de hacer algo para concienciar a la población de los problemas comunes que nos afectan en torno a la contaminación, la conservación de la biodiversidad y otras preocupaciones ambientales para proteger la Tierra.
En este sentido, destacar que los planteamientos socioeconómicos actuales y su globalización no están reduciendo la problemática ambiental, ni la pobreza ni la desigualdad, sino todo lo contrario. La relación del ser humano con la naturaleza ha sufrido modificaciones significativas en su ritmo, amplitud, nivel, profundidad y grado de conciencia. Además de la aparición de múltiples problemas que se han generado de carácter ambiental, social, político y cultural que ponen en riesgo la propia supervivencia de la Tierra.
El actual modelo socioeconómico de los países desarrollados es insostenible y lleva aparejados importantes problemas ambientales, por lo que es necesario un nuevo modelo de sociedad que haga posible un futuro más sostenible y, en ello, la educación juega un papel fundamental.
Por todo ello, desde el MDyC queremos hacer hincapié en que la labor de todos los responsables políticos y de todos los sectores de la sociedad, debe ser concienciar al respecto, tomar medidas preventivas que afecten directamente a la conservación de nuestro entorno y diseñar acciones para que el gran reto de la sostenibilidad sea que la ciudadanía y las instituciones actúen cuidando el presente y el futuro, compartiendo equitativamente los recursos naturales de la Tierra de los que depende la supervivencia humana.