Como cada año, la Piedra del Pineo se convierte en un punto de culto y reunión de todos los submarinistas que le piden a la Virgen del Carmen su protección en las aguas. Y es que a 14 metros de profundidad está la imagen de plomo que desde hace 60 años vela por la seguridad de todos aquellos que encuentran en el mar su protección o su diversión.
Por ello, cada 16 julio, a las doce del mediodía, los submarinistas de Ceuta honran a la Reina de los Mares, se sumergen y con una ofrenda floral le piden su amparo. En la superficie, más de una veintena de embarcaciones acompañan esta tradición con familiares, alumnos de vela, cuerpos de seguridad que dan servicio en el mar e, incluso, antiguos submarinistas que siguen guardando devoción absoluta a su patrona.
José Antonio López Sayago, vocal de subacuática del Real Club Náutico CAS, cuenta como tres años después de la creación del CAS, en 1959, un socio del club diseñó esta virgen que fue fundida en plomo gracias a unos fondos aportados por “toda la ciudad de Ceuta”.
“Se sumergió en esta piedra. Fue una ceremonia muy importante. Vinieron incluso barcos de la Armada, las autoridades de todo el Protectorado. Eso fue en 1959 y desde entonces todos los años, a las 12.00, hacemos una ofrenda floral”, narra López Sayago.
Un tradición arraigada, sobre todo entre los buzos más antiguos, ya que existe la tradición de que a todo el que se sumerge este día, no le va a pasar nada durante el resto del año.
Son esos antiguos buceadores los que desde la superficie entregan a los submarinistas que se sumergen sus flores, ya que la tradición continúa, y también el recuerdo a esos buceadores que ya no están, pero que permanecen enterrados junto a la virgen.
Una tradición que ha ido pasando de generación en generación y que se convierte en una cita que no perdona ningún submarinista.
Lourdes, submarinista, mantiene esta tradición adquirida gracias a su padre y desde que se puso la primera botella, cuando tenía siete años, no falla a la cita. “Yo he hecho la ofrenda de flores desde que tengo uso de razón. Es un momento muy especial”.
Aunque hay muchas vírgenes sumergidas en los fondos marinos, la Virgen del Carmen de Ceuta puede presumir de ser la primera que se sumergió en Europa, concretamente en 1959. Es una imagen histórica que supone la protección de todos los que bucean en aguas ceutíes.
Para algunos es una tradición, mientras que para otros es la primera vez que participan de esta inmersión y ofrenda a la virgen, así como de una festividad tan arraigada, como es el caso de Leticia, que ha venido desde Marchena, en la provincia de Sevilla. Reconoce estar emocionada por ser parte de este día y admira la manera en la que Ceuta honra a la Virgen del Carmen.
Y es que Ceuta no se puede entender sin el mar, por lo que la festividad de la Virgen del Carmen en nuestra ciudad se vuelve aún más especial y genera una gran devoción, que, como en esta ocasión, atrae también a gente de fuera de la ciudad.
Vivir este día significa para muchos reafirmar esa unión que existe entre Ceuta y el mar Mediterráneo que la rodea casi en su totalidad. Una tradición que no se puede perder y que se tiene que seguir conservando en el tiempo, manteniendo fidelidad y respeto, siempre, a la Reina de los Mares.