‘La general se decide en la cronoescalada por el Monte Hacho’ o ‘El Tarajal abre las vallas de la frontera para dejar pasar la serpiente multicolor’. Los dos últimos serían dos titulares impactantes, históricos para una ciudad como Ceuta, que junto a la otra ciudad autónoma de Melilla son los únicos territorios nacionales que no han tenido la suerte de recibir en sus calles a la
Vuelta Ciclista España, uno de los grandes eventos deportivos que se han olvidado de los enclaves españoles en el Norte de África. Hace una semana salía la última edición de la gran ronda hispana desde Utrecht (Holanda) y algunos ceutíes aficionados al deporte de las dos ruedas se preguntaban por qué sigue sin ver posible rodar a los primeros espadas del pelotón internacional por sus calles. Con la necesidad que tiene Ceuta, además, de dar un salto turístico y de potenciar su visibilidad mostrando su belleza al resto del país y al extranjero. Lo cierto es que la Ciudad solicitó formalmente en 2002 organizar la etapa de salida de la Vuelta España. Algo que hubiera sido factible teniendo en cuenta que las jornadas iniciales suelen realizarse en formato prologo con una contrarreloj de pocos kilómetros que hubiera abarcado perfectamente el territorio ceutí. Sin embargo, la empresa no vio con buenos ojos esta candidatura.
Una idea adormecida
En 2010, el director de la
Vuelta Ciclista, Javier Guillén, tuvo que pedir perdón a Ceuta y Melilla tras señalar que estaban pensando hacer etapas en el norte de África para inculcar la cultura ciclista. Guillén tenía que rectificar y decir que, por supuesto, que las dos ciudades autónomas tenían cultura ciclista pero que había una idea de ir a países como Túnez o Marruecos. En 2018, Guillén retomaba la idea y expresaba su intención de que los escaladores, rodadores y esprínter de los principales equipos conocieran Ceuta y Melilla con etapas en la Vuelta, aunque priorizaba el proyecto de llevar etapas a suelo canario donde subir al Teide siempre ha sido un objetivo. La cuestión es que a 2022 sigue escondida la idea de que la Vuelta se de un paseo por el Hacho con un circuito dentro de los 18,5 kilómetros de extensión de la ciudad o, incluso, se proponga un trazado con salida en Marruecos y llegada a España por la frontera de Ceuta, algo que sin duda alguna sería innovador y completaría dos deudas de una vez.
Ceuta en la Vuelta Andalucía
Los más antiguos del lugar sí podrán recordar que en Ceuta durante los años setenta hubo una experiencia ciclista de gran nivel con la Vuelta Ciclista Andalucía. Durante cuatro años seguidos (entre las ediciones de 1974 y 1977) la ronda andaluza que siempre ha gozado de prestigio decidió hacer etapas por esta ciudad. De esta manera, se creó un circuito de 32 kilómetros –al que se daban dos vueltas- con las subidas al Hacho y García Aldave, puertos con desnivel y rompepiernas que seguro darían espectáculo también en el ciclismo de hoy. Prácticamente se visitaban todos los puntos de la ciudad.
Aquella etapa del 74, con salidas desde el Muelle Cañonero Dato, del 74 contó con el protagonismo de Freddy Maertens, el belga del equipo Flandria que logró una histórica victoria con un tiempo de una hora y 45 minutos seguido en la meta del español José Antonio González Linares, del mítico conjunto KAS. En el 75 repitió la victoria Maertens, uniendo su nombre para siempre al de la ciudad de Ceuta en estas grandes etapas que no se han vuelto a ver en la ciudad. En el 76 se mantuvo el recorrido aunque con más vueltas (96 kilómetros) lo que iba aumentando la dureza y el triunfo se lo llevó Dirk Ongenae otro belga del equipo Flandria. Por último, en el año 77 la victoria sería para el alemán Dietrich Thurau (Raleigh) antes de que la Vuelta Ciclista Andalucía se interrumpiera y se olvidara de Ceuta para siempre.
Aquella experiencia puso de manifiesto que recorrido hay en Ceuta para montar una gran etapa ya no únicamente para la Vuelta a España sino para algún otro tipo de prueba ciclista importante como el Campeonato Nacional o, por qué no, soñando y volando muy alto un Europeo o un Mundial. Seguro se encontrarían fórmulas para solventar el hándicap de la falta de plazas hoteleras y la logística porque Ceuta con sus cuestas merece una gran etapa ciclista que sea en parte un homenaje a grandes nombres caballas del ciclismo como Manuel Guerrero Ayora o Julián Melguizo.