Agentes de la Prefectura de Policía de Meknes (al norte de Marruecos) han arrestado a un médico que trabaja en el sector privado y a su asistente, de 71 y 64 años respectivamente, por su presunta participación en un caso relacionado con la práctica de aborto ilegal de una menor.
La detención de los acusados tuvo lugar en una clínica privada en Meknes, cuando intentaban practicar el aborto a una menor de 15 años en presencia de su madre y una mujer que conocen, según las fuentes consultadas por los medios de comunicación marroquíes.
El médico y su ayudante fueron puestos a disposición policial, mientras que la menor, su madre y la mujer que las acompañaba fueron sometidas a un interrogatorio judicial bajo la supervisión del Ministerio Público competente para esclarecer los entresijos de este caso y determinar todos los hechos delictivos que se les imputan.
Solo permitido cuando la salud de la madre corre peligro
El debate sobre la interrupción voluntaria del embarazo, solo permitida en Marruecos cuando la salud de la madre corre peligro, está en las redes y medios marroquíes, donde se pide la reforma del Código Penal. Un proyecto para su modificación contemplaba excepciones como la violación, el incesto o enfermedad mental de la madre.
Las asociaciones marroquíes exigen que la interrupción del embarazo la regule el Código de Salud y no el Código Penal, porque esta práctica forma parte de la política pública sanitaria y de la salud reproductiva de las mujeres.
Según datos de la Asociación Marroquí para la Lucha contra el Aborto Clandestino (AMLAC), ofrecidos en 2022, en Marruecos se registran diariamente entre 600 y 800 abortos clandestinos. Una parte de estas interrupciones voluntarias del embarazo no se realiza en quirófanos sino en consultas médicas que no cuentan con anestesistas, que no están debidamente esterilizadas y no siempre las lleva a cabo un médico especialista.
La realización de un aborto en una consulta médica cuesta entre 3.000 y 15.000 dirhams (entre 280 y 1.400 euros) y aquellas mujeres que no disponen de ese dinero recurren al aborto tradicional, que supone "un gran peligro".