Los tres ciudadanos chinos
detenidos por la Guardia Civil en la madrugada de este miércoles, tras haber capturado
lapas protegidas tratándose de una especie en peligro de extinción, han sido condenados al pago de una multa de 600 euros cada uno, así como la prohibición del derecho a cazar y pescar durante once meses, tal y como han confirmado fuentes judiciales a El Faro de Ceuta.
Los tres fueron presentados en el juzgado por el Instituto Armado para responder de la comisión de un delito contra la fauna marina, reconociendo allí su responsabilidad y aceptando la pena impuesta. Después quedaron en libertad.
Fueron componentes de las patrullas de la
Guardia Civil los que localizaron a estos tres varones cuando estaban capturando lapas en el
puerto deportivo, después de ser alertados desde la central COS de la presencia de sospechosos en la zona que antiguamente ocupaba el Servicio Marítimo de este Cuerpo hasta su traslado al muelle pesquero. Al comprobar que portaban una bolsa la registraron hallando en su interior 10 kilos de moluscos de esta especie protegida, por lo que fueron detenidos por un delito contra la fauna marina. Estas especies de Patella Ferruginea tienen protección, conseguida de hecho tras una lucha de las asociaciones ecologistas y sobre todo de
Septem Nostra que acudió a las más altas instancias europeas para que el Puerto empezara a controlar que no sufrieran agresiones debido al peligro de desaparición que existía y, de hecho, sigue existiendo. Conforme a la información del Ministerio para la Transición Ecológica y Medio ambiente, la lapa ferrugínea o Patella ferruginea, se halla incluida desde 1999 en la categoría de “especie en extinción” del Catálogo Español de Especies Amenazadas. Esta especie, que habita exclusivamente en el Mediterráneo occidental, es uno de los dos únicos moluscos marinos de las costas españolas incluido en dicha categoría. Constituye, un ejemplo simbólico de invertebrado marino extremadamente amenazado. Los especímenes intervenidos se intentarán ubicar en un hábitat adecuado que permita su subsistencia, tal y como confirmó el Instituto Armado. El Seprona ya había apuntado que se trataba de esa especie, detalle que posteriormente confirmaría la propia Ciudad a través de los biólogos de Obimasa.
Con el desplazamiento de la Guardia Civil de lo que fue su base, toda la zona que antes ocupaban se ha quedado con una falta de control evidenciada, sometida únicamente a la vigilancia que mantiene Marina Hércules en las inmediaciones y que ha sido criticada por los usuarios de la dársena por insuficiente.