El Ministerio de Interior confirmó ayer la operación llevada a cabo entre Guardia Civil y Policía Nacional en pleno aeropuerto de Málaga, tras conocerse de la llegada a España, procedente de Turquía, de uno de los ceutíes que había marchado el pasado mayo a Siria. Se trata del vecino del Príncipe pero residente en el
Recinto, Abdelhuahed S.M., de 28 años, obrero de la construcción en paro, casado y con dos hijos de corta edad. La información manejada por los servicios de información de ambas fuerzas de seguridad les había llevado a conocer que Abdelhuahed iba a llegar en el vuelo de las 13.30 horas al aeropuerto malagueño, por lo que le esperaron para proceder a su detención y agenciar el posterior traslado a Madrid para ser interrogado en los próximos días por las fuerzas policiales encargadas de la lucha antiterrorista.
La familia del ahora detenido había mostrado su intención de hacer lo posible para traer a España a Abdelhuahed, toda vez que sabían de su intención de abandonar territorio sirio y de su arrepentimiento por la marcha. La familia siempre mantuvo que este joven había sido influenciado por la red desarticulada en pleno corazón del Príncipe el 21 de junio pasado y liderada por el apodado ‘Marquitos’ para marchar a Siria. Lo hizo por Marruecos, en compañía de otros residentes en Castillejos, barrio marroquí en donde se ha producido una auténtica sangría de marchas de jóvenes para participar en la guerra siria.
Para el Ministerio de Interior, Abdelhuahed es ahora un factor de “riesgo” por lo que quedará detenido, al igual que las 11 arrestados en Ceuta, entre los que había tres que no habían participado directamente en la operación de captación y marcha de jóvenes a la guerra, sino que eran posibles nuevas incorporaciones en la lucha, prestos a marchar hacia territorio sirio. Lo hubieran hecho de no haberse llevado a cabo la operación policial. Interior cree que el ceutí pertenece a la organización terrorista Estado Islámico de Irak y Levante (ISIL ), vinculada Al Qaeda y que habría participado en la “guerra santa” en Siria. Ahora deberá responder a las preguntas del magistrado del Juzgado Central de Instrucción número 2 de la Audiencia Nacional, que será el que determine las medidas que se adoptan con esta persona.
Las investigaciones llevadas a cabo por las fuerzas de seguridad apuntan a que la ruta seguida por Abdelhuahed fue la de Casablanca, explotada solo por algunos ceutíes más, ya que la gran mayoría de los que ha marchado a Siria lo ha hecho siguiendo la ruta Málaga. En el caso de marras, partió con más marroquíes de Casablanca a Estambul. En territorio sirio, según Interior, “se integró en los campos de entrenamiento de la organización terrorista Estado Islámico de Irak y Levante (ISIL), vinculada Al Qaeda, formando parte de la facciones ubicadas tanto en Irak como en Siria”, explica el Ministerio en un comunicado.
Le consideran “un riesgo para la seguridad nacional” tras haberse constatado “su pertenencia e integración en las filas de la organización terrorista Estado Islámico de Irak y Levante” y ahora regresar a España.
La familia lo definió como “influenciable”
Abdelhuahed es uno de los ceutíes que marchó a Siria y que formó parte del relato de historias que fueron apareciendo de manera gradual en este periódico. Interior define a este ceutí como “un riesgo” y lo vincula a una facción terrorista relacionada con Al Qaeda. Su familia, al contrario, siempre lo definió como una persona “influenciable”, que habría sido manipulado y captado por quienes integraban la red desarticulada por las fuerzas de seguridad para marchar a Siria. Dicha organización tenía sus facciones en España y Marruecos. Abdelhuahed es el quinto de ocho hermanos, criado en el Príncipe Alfonso pero residente en una vivienda del Recinto. Está casado y es padre de dos hijas de 4 y 3 años. Permanecía desde hacía meses en paro al no encontrar trabajo relacionado con la construcción.
“Es un niño bueno, con 28 años, siempre trabajó en la obra y estaba en paro, pero ahora ha dejado aquí a una mujer, a dos niñas, a mí, a sus hermanos... y sólo pedimos tener alguna noticia”, explicaba el pasado mayo su madre a El Faro, tras denunciar su desaparición en la Policía. “Es un chico bueno, normal, aunque no es muy inteligente”, reconocía la madre, dibujando el mismo perfil de otros de los ceutíes que han marchado a Siria y que o bien ya han muerto o bien no se conoce su paradero. “Siempre se dejaba llevar por los otros, le faltaba personalidad”, explicaba a este medio. Mantienen que fue captado.
Radicalización en Ceuta y temor al regreso
El ministro de Interior, Jorge Fernández Díaz, lo advirtió. Las fuerzas de seguridad temían la vuelta de personas que hubieran estado en contacto con estos círculos extremistas en Siria (los llamados lobos solitarios), ya que pueden venir adoctrinados y ser usados en el país para prácticas radicales. En el caso del ahora detenido, éste había mantenido contactos con su familia para mostrarles su arrepentimiento y deseos de volver. Al final, eso sucedió ayer, en pleno aeropuerto de Málaga. Ahora los investigadores están intentando conocer hasta qué punto habría llegado la participación del ceutí en la guerra de Siria.
Hasta la fecha son muchas las informaciones conocidas sobre el conflicto y muchos datos policiales. En conclusiones como las publicadas por el Real Instituto Elcano bajo el título ‘Yihadistas en Siria, hechos y cifras’, firmado por Fernando Reinares y Carola García Calvo, se destaca cómo las redes de captación mueven dinero procedente de otras acciones delictivas como el narcotráfico, ayudando de esta manera a las familias de las personas que han marchado a esa guerra santa. Hablan, de igual forma, de la radicalización ejercida por unos pocos sobre jóvenes para adoctrinarlos e introducirlos en lugares de conflicto como Siria, siguiendo la ruta española (Algeciras, Málaga, Estambul) o la de Marruecos. Esta última fue elegida en una ocasión para la marcha de ceutíes, como es el caso del que ahora ha regresado. Una vez en Siria, los reclutas se trasladaban a campos de entrenamiento. “Después”, añade el informe del Real Instituto Elcano, “algunos se incorporaron a las células terroristas y a otros se les asignaron “misiones suicidas”. Los captados eran neófitos en su radicalización islamista: “A excepción de tres, quizá cuatro casos, ninguno tenía historial yihadista”. Se sometieron, “antes de convertirse en miembros” de organizaciones a “un intenso proceso de radicalización a través de actividades al aire libre que incluían entrenamiento físico y de reuniones a puerta cerrada en lugares de culto islámicos de Ceuta y localidades cercanas”. Dos o tres agentes de radicalización y reclutamiento estaban en la ciudad autónoma.
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