Detenido el encargado de la empresa dueña de un autobús intervenido con droga

Tras varios meses de espera y después de que se dictara una orden de busca y captura contra su persona, la Guardia Civil ha detenido al encargado de la empresa Qabar Travel Plus la misma encargada de la organización de una viaje de turistas a Marruecos que se llevó a cabo, en junio de 2011, con un autobús que terminó siendo interceptado en el puerto con más de 300 kilos de hachís. Desde aquel episodio, permanece entre rejas, en la cárcel de Algeciras, el peruano Jaime Aníbal B.A., acusado de tráfico de hachís y que, casi diez meses después de su arresto, sigue clamando por su inocencia. Se consideró y se sigue considerando una mera cabeza de turco, la persona a la que le tocó pagar con sus huesos en la cárcel sin tener nada que ver ni con la droga decomisada ni con el negocio que se iba a llevar a cabo con ella.
Su abogado interesó nada más producirse el arresto de Jaime Aníbal, que se localizara al encargado de la empresa, Eduardo P.G., por ser la persona que había avisado a su patrocinado para que, contraviniendo los planes previstos, se trasladara a Ceuta para recoger el autobús procedente de Marruecos y trasladarlo a Barcelona. 24 horas antes, el papel de Jaime Aníbal había sido el de recogida del autobús en Algeciras. De hecho la empresa le había cogido noche en un hotel de la ciudad peninsular,y sorpresivamente le cambiaron los planes de la noche a la mañana, reservándole esa misma noche una habitación en el Hotel Parador la Muralla.
La persona encargada de dejarle las llaves al día siguiente para que Jaime Aníbal llevara el autobús, recién entrado de Marruecos, a la península fue Eduardo P.G. Ahora, ya detenido, ha sido interrogado por un juzgado de Barcelona. En su declaración el imputado ha reconocido que era el encargado de esta empresa, pero se ha exculpado negando que tenga relación alguna con los 18 bloques de resina de hachís que fueron encontrados en el vehículo. En su declaración en sede judicial, que ya ha sido remitida al juzgado número 1 de Ceuta, el encargado ha manifestado que “cualquiera” tiene acceso al lugar en donde la Guardia Civil encontró la droga que se le imputa al conductor Jaime Aníbal. Manifiesta además que el vehículo entró desde Marruecos limpio, sin hachís alguno, siendo revisado en los dos filtros fronterizos ubicados en el Tarajal (el marroquí y el español). Su papel terminó cuando dejó el vehículo en el puerto.
¿Quién estuvo detrás de la ocultación de esta droga? La Guardia Civil no ha abierto investigación alguna para responder a esta pregunta. El empecinamiento del abogado del detenido, Abselam Abderrahaman, está supliendo el vacío evidente que aparece en esta investigación. Si el encargado niega haber cargado el hachís y en el Muralla queda registrada su entrada dejando las llaves del vehículo para que sea trasladado por el conductor y éste niega haber ocultado la droga, ¿en qué parte recae la implicación en el delito de tráfico de drogas? ¿Es posible que más de 300 kilos de hachís sean cargados en un doble fondo muy bien preparado en poco más de hora y media, que es el periodo que separa el tiempo en el que la grabación del Parador recoge la entrada del gerente de la empresa y el momento en que la Benemérita detiene al acusado de estos hechos?
Otro autobús de la misma empresa fue interceptado en el puerto de Málaga con 207 kilos de hachís y 9 gramos de cocaína. En esta ocasión el chófer no era Jaime Aníbal, pero la misma empresa se vio salpicada por otro decomiso de hachís.El encargado Eduardo P.G. ha declarado que el vehículo fue alquilado, mediante contrato, a otra persona que haría el transporte por su cuenta. La localización del encargado ha servido para averiguar que su nombre aparece en otras investigaciones en curso, de las que entiende el juzgado de instrucción número 32 de Barcelona, y que se encuentran secretas. ¿Demasiadas casualidades o una ristra de datos que merecen ser investigados? Eso es lo que se plantea la defensa del único detenido en esta causa que se empeña en que no se cierre como una mera intervención más, ocultando a un cabeza de turco tras las rejas.