Madrugada. Mucho viento y mucha lluvia. Fiesta en
Marruecos. Escasez de personal en una
frontera tercermundista. Claves que, combinadas, ayudan a que la comisión de un delito sea más fácil. Eso fue lo que debió pensar el marroquí M.R.E.A., de 38 años, que
se puso al volante de una furgoneta con placas de matrícula falsas en la que cargó hasta 52 personas: hombres, mujeres y niños. Así pudo provocar una auténtica carnicería. La suerte estuvo de este lado y 24 horas después de
un suceso que marca un precedente en la inmigración no cabe lamentar más daños que los que dejó en su alocada carrera entre el lado marroquí del Tarajal hasta la Almadraba, ya en Ceuta.
Pasaban pocos minutos de las dos de la madrugada, cuando M.R.E.A. subió en la furgoneta a 34 hombres, 16 mujeres y dos niños de 6 años y 5 meses, todos subsaharianos, todos ‘recogidos’ de pensiones y del bosque. Algunos han confesado que pagaron 1.000 euros, otros han elevado aún más esa cifra, pero hay también quien niega haber abonado algo por ocupar plaza en el vehículo con el que este kamikaze pudo cometer una auténtica tragedia. ¿Lo conocían? Algunos dicen que lo habían visto con anterioridad, otros que no... pero el hecho es que hubo un acuerdo para que en la madrugada de este lunes, precisamente un festivo y con temporal,
se produjera esta entrada que, se teme, pueda ser un precedente en la forma violenta de acceder a Ceuta. Hacinados, acoplados de forma milagrosa en una carga, el kamikaze pasó a toda velocidad el control marroquí en donde los agentes le arrojaron los pinchos que destrozaron varias de sus ruedas. Pero pudo seguir avanzando pisando hasta el límite el acelerador, reventando la puerta que comunica con el control de la Policía Nacional y que fue colocada hace solo un mes, después de que otro kamikaze la destrozara.
Siguió su camino hasta reventar la segunda puerta, la que une el control fiscal de la Guardia Civil con la salida al Tarajal. Y así, prácticamente sin ruedas, con partes de esas puertas colgando de la furgoneta, consiguió llegar hasta la playa de la Almadraba con patrullas de la Guardia Civil siguiéndole los talones. La carrera se detuvo en plena obra del Tarajal y aunque el detenido quiso escapar, los guardias civiles consiguieron abortar su intención deteniéndolo en plena fuga.
En ese momento los agentes no sabían el motivo de esa carrera, pero lo averiguaron tan pronto como otro compañero abrió la puerta de la furgoneta y empezaron a salir inmigrantes subsaharianos a la carrera, asustados, tropezando unos con otros.
Agentes de la Benemérita apoyados por unidades de la Policía Nacional localizaron hasta 52 personas, concentrándoles en un techado próximo a la playa del Tarajal que funciona como café en época estival. El temporal complicaba todo. De inmediato se alertó al ERIE de Cruz Roja que movilizó a decenas de voluntarios cargados de ropa y mantas. Lo prioritario eran los heridos, los niños y las madres. Cuatro fueron trasladados al HUCE con esguinces o golpes, y los pequeños de 6 años y 5 meses fueron evacuados, los primeros, a la Jefatura Superior de Policía para facilitar su ingreso en el CETI.
Los demás fueron trasladados en lecheras del Instituto Armado hasta la frontera, en donde los accesos al COS se convirtieron en un particular hospital de campaña. El reconocimiento se extendió hasta casi las seis de la madrugada, iniciándose poco después las filiaciones de todos los inmigrantes antes de su evacuación al CETI, en donde quedaron ingresados.
Los rostros de los inmigrantes, captados por FaroTV, mostraban el miedo pero también el desconcierto. Y es que había muchos que no sabían siquiera qué había pasado, ni dónde estaban, ni cómo habían terminado así. Cuesta imaginar la forma en que vivieron esa entrada a Ceuta. Ahora descansan en el CETI intentando asimilar lo sucedido.
Mientras, la Policía Judicial apuraba en la jornada de este lunes la investigación en torno al suceso. El kamikaze será presentado presumiblemente este martes ante el Juzgado de Instrucción número 1 para responder de los delitos con los que se le relaciona. De entrada la Fiscalía pedirá su ingreso en prisión al haber puesto en peligro la vida de estas 52 personas y por los daños causados con uso de instrumento peligroso, al haber accedido de esta manera a Ceuta. Y a esto se le suman otros delitos como el tráfico de inmigrantes o atentado. Un rosario de asuntos de los que deberá responder. La Guardia Civil tomó declaración a varios de los inmigrantes (de Costa de Marfil, Congo y Guinea), erigidos en testigos de este suceso. Pruebas que formarán parte del atestado que quieren presentar ante el Juzgado.
En su entrada en Ceuta pudo haber aumentado su ola de daños, ya que
estuvo a punto de arrollar una ambulancia del 061 que acudía a la frontera para un traslado de un paciente español desde Marruecos al HUCE.Lo menos que podían esperar era encontrarse en el camino en el que solo queda prácticamente un carril con la furgoneta kamikaze que circulaba ya con las ruedas muy dañadas y “a toda pastilla”, han detallado a este periódico. “Iba sin luces, con restos de la verja de la frontera, sin ruedas y no se apartaba del camino”. La pericia del conductor fue determinante, ya que reaccionó con rapidez saliendo de la carretera. El enfermero y el estudiante de Enfermería que iban en la parte trasera se dieron un golpe con las botellas de oxígeno, pero al menos se evitó un choque frontal que pudo haber sido mortal.
Algún día pasará una desgracia. Esta es una frase que se ha repetido en demasiadas ocasiones entre los componentes del equipo del 061, expuestos a situaciones adversas como la sucedida esta madrugada. El kamikaze no cesaba en su carrera, iba a toda velocidad escapando de las patrullas de la Guardia Civil. La ambulancia era un obstáculo más que no iba a provocar el cese de su escapada, ni mucho menos. El Sindicato Médico apoya a los compañeros y recuerda, también en declaraciones a este medio, que la propia Benemérita se quedó sorprendida por lo que acababa de suceder. Por eso este sindicato ha pedido en múltiples ocasiones que Ceuta sea considerada zona de difícil cobertura y desarrollo, por escenas de conflicto como las vividas esta madrugada. Piden a Madrid que se reconozca el plus de peligrosidad para el 061, que ha vivido momentos extremos, agresiones, sucesos de todo tipo… Lo ocurrido ha sido milagroso ya que se podría estar hablando de una auténtica tragedia.