Testigos culpan de los daños a la “presión” ejercida por los porteadores que guardaban cola.
El puesto de control en el polígono de La Chimenea, en el Tarajal, sufrió ayer daños de consideración por causas que, testigos presenciales, atribuyeron a la “presión” que ejercieron los porteadores que guardaban cola para cruzar bultos con mercancías por el Biutz.
Un empleado de los polígonos, según relataron los presentes, se infligió un “corte en la mano que requirió de 11 puntos de sutura”. De acuerdo con las mismas fuentes, el trabajador se hizo la herida cuando “trataba de retirar la pared de chapa” que se hundió hacia dentro del habitáculo que usan los guardas. Un “destrozo” que, lamentaron los propietarios de los almacenes, tendrá que correr de su bolsillo.
La organización de la fila masculina –desde Alborán a La Chimenea– provocó ayer “quejas” entre los empresarios por delante de cuyos establecimientos discurre la cola de camalos. Como solución, propusieron que ésta se sitúe fuera de los polígonos, “como ocurre con la de las mujeres”.
A pesar de que el puente del Biutz cerró este miércoles por la Fiesta Nacional de España, fuentes oficiosas informaron de que el volumen de porteadores fue ayer similar al de jornadas anteriores, es decir, dentro de los parámetros que barajan las autoridades españolas.
Tras el cierre por la fiesta
El paso por el Biutz fue fluido y, como explicaron los conocedores del comercio atípico en los polígonos, nunca habían pasado tantas personas como en la actualidad. Los presentes explicaron que las colas se agotaron y todos los que guardaron su turno pudieron pasar el fardo. Una facilidad en el tránsito que voces autorizadas atribuyeron a la colaboración entre la Policía Nacional y la Coordinación de los Polígonos del Tarajal así como al ‘respeto’ del tamaño del bulto y la colaboración total de Marruecos.