Las personas mayores han sido y siguen siendo uno de los grupos más perjudicados durante los meses de pandemia que hemos vivido –y en los que aún seguimos-. Tanto en sus casas como en las residencias, se ha estado vigilando y velando por su bienestar y cuidando de ellos para evitar que se contagien. Sin embargo, durante y después de la desescalada, empezaron a poder salir con cuidado y respetando las medidas de seguridad e higiene que se establecieron. Y si se encontraba en residencias pudieron ver de nuevo a sus familiares.
Pero no todo es de color de rosa. Manuel Muñoz y Ana Fernández, dos usuarios de la residencia Nuestra Señora de África llevan mucho tiempo sin poder salir y sin recibir visitas. “Antes teníamos horas para salir, para pasear, pero ahora ni eso. Y no nos informan de lo que pasa”, aseguró Muñoz. Estos dos usuarios, según indicaron a este medio, volvieron a ser confinados hará cuestión de 20 días debido a que en un edificio cercano se habían dados casos positivos por coronavirus y tuvieron que ser aislados.
“De eso hace ya tiempo. Ya estarán recuperados. Nosotros queremos que nos digan qué pasa y poder salir un poco”, comentó Muñoz. La situación de encierro está provocando en estos dos usuarios la pérdida de movilidad en su piernas y la hinchazón de las mismas. “Yo antes andaba mucho y ahora me tengo que conformar con el pasillo y un pequeño jardín”, añadió Ana Fernández. Saben que la situación es complicada, pero también saben que siguiendo las medidas de seguridad establecidas podrían salir “solo una hora al día o a la semana, es lo único que queremos”, agregó Fernández.
El BOCCE publicó a mediados de agosto un decreto de la Consejería de Sanidad que, desde entonces, limita al máximo las salidas de los residentes de los centros sociosanitarios, como son las residencias de mayores, manteniéndose aquellas estrictamente necesarias por causa no demorable a criterio médico.
Lo que tampoco entienden es que no puedan relacionarse entre ellos o con el personal de la residencia, si todos llevan mascarilla. “Nos ven a más de dos juntos y nos regañan. O nos ven hablando con algún empleado, y ellos mismos nos dicen que no nos pueden hablar”, contó Fernández desconcertada. “Queremos que nos informen y que vengan a darnos explicaciones. Solo nos dicen que no podemos salir y punto”, aseveró Muñoz.
La situación es complicada para todos, pero para las personas mayores, sobre todo las que están acostumbradas a andar y salir, “se ha vuelto un plan infernal”, apuntó Muñoz.
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