“Desde pequeña me ha gustado defender las causas imposibles”

Su madre le decía de pequeña que era una defensora de las causas perdidas porque siempre le había gustado ponerse a favor de los más necesitados. Era una niña abierta y espontánea que muy pronto empezó a sentir curiosidad por la forma de ayudar a los demás, dentro de sus posibilidades.

Su primer paso fue en el instituto cuando formó parte del primer consejo escolar que se hacía en la ciudad, saliendo como representante de los alumnos. Unos años más tarde, ya a nivel profesional, se afilió al Sindicato de Enfermería (SATSE) por esta en consonancia con los posicionamientos del mismo y fue coordinadora del centro de salud de la Mutua durante algo más de un año.
Sin embargo, no fue hasta diciembre de 2006 cuando empezó a implicarse más en el sindicato ante la petición del secretario autonómico, Emilio Barrientos, para que colaborara en la campaña electoral. Con el apoyo de su marido, al entender como fundamental conciliar la vida profesional con la personal, dio el paso adelante.
Ahora acaba de dejar el cargo de presidenta de la Junta de Personal del INGESA, que ha desempeñado durante dos años, y es delegada de Prevención de Riesgos Laborales del SATSE, un sindicato que está llamada a encabezar dentro de unos meses. Así es Elisabeth Muñoz.

–¿Cómo que eres andaluza de nacimiento?
–Porque nací en Jaén donde estaba la familia de mi madre pero no me considero andaluza sino ceutí porque a los nueve años me trasladé definitivamente a esta ciudad.
–¿Por qué el destino Ceuta y no otro?
–Porque mi padre es ceutí, pidió destino y se lo concedieron y desde entonces no me he movido de esta ciudad. Vivimos en la curva Amaya y luego nos trasladamos al Polígono, donde me compré una casa cuando me casé y donde he vivido hasta el año pasado cuando cambié de residencia al irme a Benítez.
–¿Es verdad que eras muy eficiente en los estudios?
–Sí, era muy buena estudiante con unas notas excelentes tanto en el colegio como en el instituto Siete Colinas. Precisamente, ahí tuve mi primera experiencia en el ámbito de la política porque me presenté al primer consejo escolar que se hizo y salí como representante de los alumnos. Me presenté con el apoyo de mis compañeros y estuve en el puesto hasta que terminé el COU.
–¿Te gustaba liderar o tenías otros motivos para dar este paso?
–Siempre he tenido muchas inquietudes por ayudar a los demás y defender las causas injustas. Mi madre me decía que era abogada de los pobres y defensora de causas perdidas.
–¿Por qué optas por estudiar Enfermería?
–Desde pequeña quería estudiar Medicina y me matriculé en Granada. Estando allí el primer año me fui una Semana Santa a la casa de una hermana de mi madre en Jaén, la cual trabajaba en el hospital de Jaén y me llevó una tarde para ver su trabajo. Estando allí me dí cuenta que la labor que me atraía no era la de médico sino la de enfermera, por lo que decidí cambiar de carrera y comenzar Enfermería en Ceuta.
–¿Qué te empujó principalmente a este cambio?
–El trato con las personas porque en Enfermería se tiene más continuo y directo.
–¿Casualidad o devoción?
–Era una convicción de pequeña pero no estaba fundamentada en conocer el hecho en sí, es decir, me llamaba la atención el ámbito hospitalario sin saber realmente como era la profesión de un médico, por lo que cuando tuve conocimiento de lo que era una enfermera me dí cuenta de lo que realmente quería.
–¿Me imagino que ese entusiasmo te facilitó las cosas durante la carrera?
–Sí, logré unas notas estupendas e incluso alguna matrícula de honor en los tres años. Me ayudó mucho el haber estudiado Anatomía en Medicina porque tenía conocimiento de muchos temas.
–¿Te costó trabajo encontrar trabajo al acabar los estudios?
–No porque comencé a trabajar con un contrato de verano pero el filón de Enfermería se había agotado y al terminar el verano tuve que irme a trabajar a Figueras en un hospital concertado, concretamente en el servicio de urgencias. Afortunadamente, sólo estuve cuatro meses porque en Ceuta se produjo el cambio de Cruz Roja a INSALUD, sacaron 50 plazas y logré una de ellas, es decir, tuve mucha suerte.
–¿Qué labor ejerces en el hospital de la Cruz Roja?
–Empecé en el área de Pediatría y Ginecología aunque mi labor era más dedicada a la Pediatría, donde tuve como jefe al doctor Merino.
–¿Qué destacarías de esa primera etapa en el clínico?
–El gran logro de conseguir que hubieran dos enfermeras en el turno de noche porque antes únicamente había una. Sin embargo, aunque eso fue en el año 1993 ahora se ha dado un paso atrás al volver a una sola enfermera en ese turno.
–¿Cómo estaba el área de Pediatría en ese entonces?
–Como ahora, es decir, siempre estaba llena y muy bien atendida, con lo cual el trabajo se llevaba mucho mejor. Sin embargo, tuve una oferta para una interinidad en Primaria en el centro de salud de la Mutua y permanecí allí hasta que logré la plaza en propiedad hace cuatro años en un proceso de consolidación de empleo.
–¿Qué tal tu estancia en el centro de salud?
–Estuve de enfermera de equipo en atención de adultos pero cambié por atención en pediatría porque era lo que siempre me ha gustado. Fue un trabajo muy satisfactorio en las dos áreas y donde pude pasar por la experiencia de ser coordinadora del centro durante algo más de un año.
–¿Cómo fue la labor de coordinadora?
–Siempre trataba de consensuar los temas con mis compañeras de trabajo, la forma en la que querían hacer las cosas y buscar el acuerdo. Cuando la dirección médica nos daba trabajos para asumir recuerdo que trasmitía mi disconformidad a la dirección de Atención Primaria y el entonces coordinador, Emilio Ambrona, me dio el consejo de que dejara el puesto de coordinadora y me dedicara al tema sindical.
–¿Y le hiciste caso?
–La verdad es que desde 1993 estaba afiliada al SATSE porque estaba totalmente convencida de que era importante en una profesión tener el respaldo de un sindicato propio de Enfermería, con una defensa jurídica personalizada y una serie de ventajas que no ofrecían otros.
–¿Cuándo inicias tu andadura sindical?
–En diciembre de 2006, con motivo de las elecciones sindicales, me llamó Emilio Barrientos para que colaborara en la campaña electoral y ahí me dí cuenta que me gustaba esta faceta sindical.
–¿No supuso un cambio importante?
–Sí era una labor completamente diferente a la asistencial pero al que le gusta la Enfermería cualquiera de las facetas le gusta, por lo que la parte sindical es muy bonita.
–¿En qué se diferencia el SATSE de los demás?
–Por el interés laboral de los enfermeros, por el nivel de formación así como por la protección jurídica y de los derechos del trabajador. Igualmente, es un sindicato sin ideas políticas donde hay personas de ideologías distintas.
–¿Se corresponde el nivel de afiliación con vuestro trabajo?
–Sí, creo que el índice de afiliación responde al trabajo bien hecho porque en esta ciudad estamos en torno al 70 por ciento del total gracias a un trabajo diario y constante donde destacaría la acreditación a través de FUDEN, que es reconocida a nivel nacional y que garantiza a todos los afiliados que serán valorados en cualquier proceso de oposición o otro tipo de baremos.
–¿Queda mucho por hacer?
–Sí hay muchas cosas pendientes como el aumento de la dotación de personal en el hospital, retomar la importancia de la Atención Primaria, conseguir las 35 horas para equipararnos al resto de las autonomías y conciliar la vida familiar con la profesional.
–¿Cuándo veremos una mujer al frente del SATSE?
–En octubre hay elecciones internas, Emilio Barrientos no quiere continuar y me ha propuesto para ocupar su cargo. El listón está muy alto pero soy muy positiva y todo debe venir para ser bueno aunque cueste esfuerzo, sacrificio y duela, es decir, como un parto.
–¿Qué me dirías de Emilio Barrientos?
–Durante dieciocho años ha realizado una labor intachable porque es una persona responsable, íntegra, trabajadora y de la que sólo puedo decir cosas positivas. El sindicato ha sido para él como un hijo más.
–Para terminar ¿Por qué crees que no hay más mujeres implicadas en los cargos?
–Por la dependencia de sus hijos al no poder compatibilizar la vida familiar con la profesional. Por ello agradezco el apoyo de mi marido para desempeñar la función que estoy desempeñado.

“Nací en Jaén pero soy ceutí”

FICHA. Elisabeth Muñoz Vallejos (Jaén, 1970) es la mayor de una familia de dos hermanas cuyo padre es natural de Ceuta y su madre de Jaén, donde nació de forma circunstancial.
Casada y con tres hijos (Rubén, Álvaro y Julia), está afincada en nuestra ciudad desde que tenía nueve años, por lo que dice que se considera ceutí y no andaluza.
Aunque se fue a la Universidad de Granada para estudiar la carrera de Medicina, un año después optó por volver para ser enfermera, concretamente en la promoción 1989-1992 de la Escuela Universitaria de Enfermería.
Desde entonces ha ejercido esta profesión tanto en el antiguo hospital de la Cruz Roja como en el centro de salud de la Mutua.
Es delegada de Prevención de Riesgos Laborales del Sindicato de Enfermería (SATSE) y hasta la semana pasada ocupó el cargo de presidenta de la Junta de Personal del INGESA durante dos años.