Desde “la droga no era mía” hasta sorprender con nombres y apellidos

• El Juzgado de lo Penal 2 celebró ayer varios juicios por tráfico de drogas, pero dos de ellos se salieron de la conformidad que habitualmente los acusados aceptan

El primer juicio de la mañana fue seguido contra un ciudadano marroquí afincado en Valencia, R.S., que fue interceptado el pasado mes de agosto con más de 30 kilos de hachís ocultos en su vehículo.

La Guardia Civil inspeccionó el coche en dos ocasiones extrayendo del salpicadero, primero, y de los faldones traseros, después, varios bloques de hachís que pesaron en total 31 kilos. Pero el acusado aseguró que la droga no era suya.

Explicó que en agosto del año pasado viajó a Marruecos de vacaciones para ver a su familia, residente en una localidad a 170 kilómetros de Casablanca. Allí un amigo llamado Said le pidió prestado el coche una semana. Entre seis y siete días el acusado no tuvo su coche consigo, recalcó. Una vez le devolvió el vehículo puso rumbo a Ceuta para volver a la península, pero fue interceptado en el control de vehículos con la droga.

R.S. aseguró que él no es traficante, de hecho, es soldador, aunque trabaja en el campo de Valencia recolectando naranjas. “Estoy dado de alta en la Seguridad Social desde 2005, yo no soy traficante”, insistió al juez. Pero tampoco pudo ofrece más datos sobre ese “amigo” Said, del que sólo sabe que vive en Casablanca. “Yo perdí mi móvil y no le puedo dar más datos”, declaró a preguntas del fiscal. Cuando ese amigo le devolvió el vehículo, el acusado aseguró que no vio nada extraño en el mismo y apostilló que ni siquiera sabe si fue ese tal Said quien le puso la droga.

“El capó de mi coche tiene la llave fuera. Mi coche está aparcado siempre en la calle, podían poner y coger la droga” explicó, precisando que, por este motivo, podrían haber manipulado su vehículo sin que él lo supiera. “Y usted cree que se van a poner a descargar 30 kilos de hachís en Valencia de noche y en plena calle”, preguntó el fiscal.

A pesar del amplio testimonio y explicaciones de ofreció el acusado el juicio quedó visto para sentencia con una petición de pena de tres años y seis meses de cárcel por parte del Ministerio Fiscal. En su turno de última palabra el acusado únicamente solicitó al juez que no dictara su expulsión de España, puesto que quiere pedir la nacionalidad y necesita seguir trabajando en Valencia para poder ayudar a su familia que reside en Marruecos.

Con nombres y apellidos

Otro de los juicios celebrados ayer por un delito contra la salud pública se suspendió para que el caso fuera devuelto al Juzgado de Instrucción. El acusado, un joven residente en Madrid, M.A.C.T., sorprendió a los presentes confesando los hechos así como el contacto en la capital, que le facilitó el teléfono de otra persona en Ceuta para hacer el pase de droga.

El joven fue interceptado en el puerto de nuestra ciudad con varios kilos de droga cuando se disponía a embarcar con destino a Algeciras. El acusado explicó al fiscal que en Madrid contactó con alguien llamado Juan Z.S. con quien mantuvo un encuentro. Esta persona le proporcionó el teléfono de alguien en Ceuta. “Cuando llegué a Algeciras llamé a ese teléfono y cuando bajé del ferry me esperaba en la salida”, apostilló.

El fiscal solicitó que, dado los datos nuevos ofrecidos por el acusado, el caso debería volver al Juzgado de Instrucción para que se investiguen los nombres y números de contacto facilitados por el procesado que, hasta ahora, no se había conocido. Igualmente el abogado defensor se mostró a favor y así lo decretó el juez.

Dos juicios más de drogas, ‘cerrados’ por conformidad

Sin embargo, ayer hubo dos acusados más que alcanzaron un acuerdo de conformidad y aceptaron las penas rebajadas por sendos delitos contra la salud pública. El primero de ellos, L.H., reconoció que el pasado 14 de febrero fue interceptado en la frontera del Tarajal a las 07.20 horas de la mañana con algo más de doce kilos de hachís. El escondite no estaba muy trabajado, pues el hombre tenía intención de entrar en Ceuta con su motocicleta a la que había colocado una caja en la parte trasera, donde llevaba el estupefaciente. Su abogado defensor llegó a un acuerdo con el fiscal y L.H. aceptó una condena de tres años y dos meses de prisión con multa de 19.566 euros.

Por otra parte, el acusado con iniciales A.H. también aceptó la misma pena de prisión, tres años y dos meses con una multa de 21.950 euros, tras ser interceptado con un total de 8,6 kilos de hachís.