Aunque no se puede ver a simple vista desde Ceuta, PDS 70 es una estrella joven que se encuentra a unos 370 años luz de distancia y alberga dos exoplanetas lejanos. Ahora, un equipo científico ha descubierto agua en el interior de su disco de gas y polvo desde el que se formarían nuevos planetas rocosos o terrestres, con propiedades similares al nuestro.
El hallazgo ha sido posible gracias a las observaciones del telescopio espacial James Webb y, según el análisis, el agua se encuentra en forma de vapor caliente ardiendo a una temperatura de unos 330 grados centígrados.
El descubrimiento, que explora la región donde normalmente se forman los planetas rocosos similares a la Tierra, apunta que cualquier cuerpo que se cree en el interior del disco alrededor de la estrella PDS 70 se beneficiaría de una importante reserva de agua, lo que mejoraría sus posibilidades futuras de habitabilidad.
Liderado por científicos del Instituto Max Planck de Astronomía (Alemania) y con participación española, el trabajo supone un paso importante para entender cómo el agua, molécula esencial para la vida, pudo llegar a la Tierra, y si ese proceso sería extendible a los planetas rocosos fuera de nuestro sistema solar.
La investigación, que publica la revista Nature, ofrece por tanto evidencias de un mecanismo por el que se suministraría agua a los planetas potencialmente habitables ya desde la etapa de formación y no (sólo) en un proceso posterior, como por el impacto de asteroides.
"Es posible que ahora hayamos encontrado pruebas de que el agua también podría ser uno de los ingredientes iniciales de los planetas rocosos -que están más cerca de su estrella- y estar disponible desde el nacimiento", resume Giulia Perotti, del Max Planck y autora principal del estudio.
En concreto, los datos fueron recogidos por MIRI, del James Webb, un instrumento del infrarrojo medio en el que participan once países europeos, entre ellos España.
Las observaciones del equipo científico tienen como objetivo identificar las propiedades de los discos de gas y polvo -discos protoplanetarios- alrededor de estrellas jóvenes, para avanzar en el conocimiento sobre las condiciones que determinan la composición de los planetas que potencialmente pueden formarse allí.
Esta es la primera detección de agua en un disco de un sistema que alberga al menos dos planetas, según un comunicado del Max Planck.
Estos dos exoplanetas (denominados PDS 70 b y c) no son rocosos, sino gigantes gaseosos con un tamaño similar a Júpiter y, como en nuestro sistema solar, están más alejados de la estrella anfitriona. Este tipo de planetas tardan menos en formarse que los rocosos y lo hacen acumulando polvo y gas que permanece tras la creación de la estrella.
Aún no se ha encontrado ningún planeta cerca del centro del disco de PDS 70, pero tal y cómo explica David Barrado, otro de los autores y astrónomo del Centro de Astrobiología (CAB), sí podrían estar formándose en esa región.
Es cuestión de detectarlos, si no en este sistema en otro similar; de hecho hay varios candidatos. Sería un paso importante observar un planeta rocoso en formación, porque hay que seguir entendiendo de dónde viene el agua y ver si el mecanismo hallado en PDS 70 es una excepción o no, detalla.
Y es que los científicos aún debaten cómo llegó el agua a nuestro planeta y si este proceso podría hacer habitables los exoplanetas tipo rocosos o terrestres alrededor de otras estrellas distintas al Sol.
La teoría más extendida es que fue el bombardeo de asteroides con agua lo que trajo esta molécula a la Tierra.
"El proceso del agua es esencial para entender la habitabilidad. Pensamos que el agua de la Tierra se incorporó con posterioridad a su formación pero con este trabajo vemos que una parte significativa pudo venir de las fases iniciales de la formación del planeta", señala el astrónomo del CAB, centro del Consejo Superior de Investigaciones Científicas e Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial de España.
¿Y de dónde viene el agua hallada en la estrella PDS 70? Dado que su presencia fue algo inesperado, relatan desde el Max Planck, el equipo está investigando varios escenarios.
Una posibilidad implica que sea un remanente de una nebulosa inicialmente rica en agua que precede a la etapa del disco -las estrellas se forman en enormes nubes de gas y polvo. Los cientos o miles de nuevas estrellas tendrán, casi todas, un disco del que luego se formarán planetas-.
Otra fuente de ese agua podría ser el gas que ingresa desde los bordes exteriores del disco PDS 70. Bajo ciertas circunstancias, el oxígeno y el hidrógeno pueden combinarse y formar vapor de agua.