El último caso de okupación en Ceuta, concretamente de la sede de la Tertulia Flamenca, vuelve a poner sobre la mesa si tiene más derechos la persona que okupa que los propietarios de la vivienda. Independientemente de la necesidad que esta persona alega que tiene, los propietarios se encuentran indefensos ante una ley que parece que propicia el ‘derecho a okupar’.
Cuando se dan casos de este tipo, los dueños no pueden hacer más que poner una denuncia ante la Policía y cruzarse de brazos a ver cómo se resuelve, pero son procesos largos y no siempre con el mejor de los desenlaces.
No pueden acceder a la que es su vivienda, tampoco cortar los servicios o se arriesgan a ser denunciados. Es una ley incongruente que parece favorecer a las personas que irrumpen de manera ilegal en estas casas.
Muchos de estos okupas ya saben hasta cómo actuar para no ser desalojados, conocen sus derechos y hacen caso omiso a si los propietarios les ponen una denuncia y si se inicia un proceso legal contra ellos.
Saben que no les pueden echar, ni por las buenas y tampoco por las malas. Algunos son hasta reincidentes y es la única forma que conocen para tener un techo bajo el que vivir.
En este caso, la Tertulia Flamenca, que tiene el local en alquiler, ha tenido que suspender su actividad, alterando su programa de eventos a causa de esta situación.
Pero algunos propietarios se ven obligados a pagar la hipoteca de la vivienda okupada y hasta un alquiler donde poder vivir. No tiene sentido, pero así es.
Se ven indefensos y, sobre todo, con la gran incertidumbre de saber si podrán recuperar la casa que están pagando o que ya han pagado, y de lograrlo, rezar porque la vivienda aún permanezca en pie.
Se han dado muchos casos y muchas quejas, pero la ley no cambia