La Sección 3ª de la Sala de lo Contencioso de la Audiencia Nacional ha desestimado el recurso interpuesto por la Defensa de un marroquí al que se le denegó la nacionalidad por residencia después de residir 13 años en España, en concreto en Ceuta, ciudad en la que además nació. Según los fundamentos jurídicos expuestos, el interesado “no está suficientemente integrado en la sociedad española, no conoce con rigor cuáles serían los derechos y deberes de los españoles y todo lo relativo a la estructura esencial de la Nación”, recoge la sentencia a cuyo contenido íntegro ha tenido acceso este periódico. Se hace mención además a la “inadaptación social” reflejada en que tiene antecedentes policiales y al hecho de que pese a tener familia en Ceuta, mujer e hijos, su trayectoria personal y desconocimiento institucional y cultural “resultan incompatibles con el ejercicio de los derechos políticos que lleva consigo la obtención de la nacionalidad”. En la sentencia se recuerda que la adquisición de la nacionalidad por residencia “no puede confundirse con la que se lleva a cabo por carta de naturaleza, pues mientras esta constituye un genuino derecho de gracia, la de residencia no puede concederse o denegarse cuando concurran las circunstancias legalmente previstas, de manera que no se trata de una concesión ‘stricto sensu’ sino de un reconocimiento por concurrir al efecto de los requisitos exigibles”. Hay un dato curioso recogido en la sentencia, que alude a que el recurrente solo tiene relaciones con personas de su país de origen, mostrando una “acusada ignorancia sobre aspectos esenciales de la sociedad española”. En la sentencia además se le condena en costas.