Categorías: Sucesos y Seguridad

Delincuentes a la fuga

{jaimage crop="MR" /}La imagen de un guardia civil que ya pinta canas y guarda kilos haciéndose cargo, él solo, de uno de tantos jóvenes que buscan en el  tráfico de hachís el sueldo de su vida se está haciendo demasiado  usual en el puerto.

Una de las zonas de toda España que mayor tráfico  de sustancias estupefacientes soporta hasta convertirlo, junto al   aeropuerto de Barajas, en uno de los yacimientos elegidos por los  narcotraficantes para alimentar sus negocios. Resulta curioso saber que ese ranking en el mercado negro no cuadra con el nivel de vigilancia que hoy por hoy tiene. Muy pocos agentes para la seguridad y labores fiscales en puerto y Tarajal o, lo  que es lo mismo, a vetar la introducción de droga en Europa. ¿Un  número suficiente? Está claro que no y los delincuentes lo saben, tanto que en cuanto son detenidos buscan la manera de fugarse para evitar, de entrada, una cárcel segura.
En los últimos meses se está repitiendo en demasía los casos de fugas o intentos de fuga de  detenidos, todas ellas ocurridas en el puerto y a las que se enfrentan los agentes de la Benemérita. La falta de personal es tan sangrante que un sólo agente del Instituto Armado se tiene que hacer cargo de uno o incluso dos detenidos, algo que es aprovechado por quien se va a enfrentar a tres o cuatro años de prisión por tráfico de hachís y encuentra, en esta alguna su salvavidas.
En un turno cualquiera puede estar trabajando un guía de perros y un mecánico. Si éste último está revisando algún vehículo sospechoso de portar droga, deja al compañero solo. Las quinielas siempre resultan beneficiosas para el bando de los delincuentes. En el control de personas la situación no varía, dándose situaciones en las que sólo un guardia civil está controlando el embarque de ciudadanos. Si tiene que abandonar el lugar para registrar a un sospechoso de portar droga el control se queda sin efectivos. El apoyo que terminan prestando los policías nacionales sirve para paliar esta situación.
Hace dos semanas un culero llegó a arrojarse al agua para evitar ser detenido. La jugada le salió mal porque finalmente fue localizado con el apoyo del Servicio Marítimo. Ayer mismo un detenido con 21 kilos de hachís pretendió la escapada apoyándose en la falta de personal. ¿Una situación aleatoria? Ni mucho menos, los intentos de fuga van en aumento aprovechándose de los vacíos de seguridad. Los hay incluso que han conseguido escapar y que hoy por hoy se encuentran en busca y captura, dando forma a historias judicializadas en las que llega a intervenir la autoridad judicial. La gran cantidad de detenciones de culeros -se llegan a juntar hasta doce o trece en una jornada- es absorbida por el mismo número de guardias civiles, dándose situaciones en las que un solo guardia llega a vigilar a tamaña cantidad de arrestados y a los que vayan produciéndose, además de tener que atender otras misiones como el servicio de puertas, el teléfono de la Unidad o la entrada de vehículos procedentes de Algeciras.
La AUGC urge la llegada de más guardias civiles y lamenta que es el propio agente el que está siendo víctima de un sistema que no funciona por la mala gestión de las altas instancias. Los expedientes están lloviendo sobre las cabezas de los guardias que se han enfrentado a este tipo de situaciones, a pesar de tenerse incluso conocimiento oficial de la falta de personal en el puerto. No es la primera vez que se traslada a la cúpula de mandos esta situación. Sin embargo siguen sin cubrirse más puestos.
“Tenemos pocos guardias civiles en el puerto y en la aduana del Tarajal, en lugar de premiar el esfuerzo que están haciendo en los controles se está sancionando los incidentes que se producen, incluso ante las quejas injustificadas de ciudadanos”, denuncia la asociación de guardias civiles. “Si se produce alguna fuga al guardia le sancionan cuando en realidad no es culpa de ellos el que se esté permitiendo esta situación”, añade.
No es la primera vez que la asociación reclama más efectivos. Curiosamente el propio delegado del Gobierno, Francisco Antonio González Pérez, advertía esta semana la necesidad de cubrir la plantilla de policías y guardias. La petición la ha trasladado ya a Madrid, pero mientras se espera el visto bueno la situación en el puerto sigue en alerta roja.
“Mientras en la aduana del Tarajal”, insiste AUGC, “cada vez hay  menos guardias civiles, el tráfico de personas aumenta. ¿Cómo se pueden hacer estos controles?, ¿a quién culpar si se producen intentos de fuga o pases de drogas?”, señala. Y lo dicho tiene su fundamento. Hace un par de semanas intentó escaparse un marroquí que entraba en Ceuta con diez kilos de hachís ocultos en una maleta. Fue interceptado por guardias civiles, pero ¿si hubiera logrado la escapada? La asociación tiene clara la respuesta: se hubiera dictado un expediente.
Los últimos eslabones en la cadena del narcotráfico, que son los que se dedican a pasar la droga, tienen más que clara su consigna: más vale intentar la fuga que quedarse quieto. Y los guardias lo saben, pero no pueden hacer malabarismos cuando las cuentas se descuadran solas. La crisis económica trae más intentos de pase pero a su vez provoca nuevos recortes y más amenazas de no incrementar el personal.  
“Los culeros y pasadores de drogas en vehículos intentan escaparse, conocen la falta de personal y las circunstancias. ¿Qué hace el guardia civil? No puede hacer uso de su arma, ni pueden poner los grilletes hasta que se encuentra la droga y si tiene que controlar a otro detenido no puede salir detrás de un culero sobre el que hay sólo sospechas de que porte droga”, denuncia la AUGC.
Este panorama es diario, cada vez son más las situaciones de intento de fuga que se dan y las amenazas de expediente que se suceden. La situación laboral no es la más agradable entre los agentes de la Compañía Fiscal por la incertidumbre habida, algo que queda paliado por la buena sintonía que se da entre los mandos del puerto y los guardias allí destinados. La mala gestión se suple con un trabajo que sale adelante con los medios de que se disponen en un tiempo en el  que se ha disparado el tráfico de drogas y en el que los movimientos de hachís por el embarque son cada vez más en detrimento de la vía marítima. La inauguración de una zona de control del SIVE del   Instituto Armado en Algeciras ha influido, y mucho, en el modo de pase que se está usando para el traslado de los narcóticos.

 

Aumenta el tráfico de grandes cantidades dentro de vehículos

En un par de meses la Guardia Civil ha superado los 6.000 kilos de hachís aprehendidos. Comienza el año 2012 con una mayor presión en la práctica de delitos contra la salud pública que desde hace ya tiempo el Instituto Armado lo relaciona con la crisis. Ante la falta de dinero y las nulas expectativas laborales, el tráfico de drogas se convierte en una salida económica buscada por ya demasiadas personas. Al tráfico rutinario de culeros y de pequeñas cantidades de hachís se suma una característica propia de este año: el aumento de los vehículos en los que se intenta pasar cantidades cada  vez mayores. En enero se han intervenido hasta cinco vehículos en los que se escondían cantidades de entre 300 kilos y 1.000. En febrero ha habido dos intervenciones que rozan los 300 kilos. Los decomisos de pequeñas cantidades siguen igual pero sí que se nota un incremento en los pases de vehículos, sobre todo caravanas, en los que se han introducido importantes cantidades de hachís.
Fuentes judiciales señalan que esta vuelta a los pases por el embarque viene motivada por el mayor control ejercido sobre el mar y la presión que soportan las semirrígidas. La especialización del SIVE y el aumento de los sistemas de control hace que se vuelva a los medios tradicionales facilitando traslados de alijos que no estaban siendo comunes. La Guardia Civil confirma esta teoría, o al menos la baraja como una de las posibilidades que vendría a explicar esta tendencia. En algunos de los casos los vehículos vienen cargados directamente de Marruecos, mientras que en otras ocasiones las cargas se llevan a cabo en Ceuta, en zonas en las que se ocultan grandes cantidades de hachís para ir abasteciendo y surtiendo a los vehículos que las organizaciones de narcotraficantes utilizan de lanzaderas.

Entradas recientes

Profesionales sanitarios se enfrentan al acuerdo del sector

El sindicato independiente de médicos del sector público describió el acuerdo firmado por el Ministerio…

28/07/2024

Confiscadas más de 500 botellas de gas de la risa en Tánger

La policía judicial de la prefectura de seguridad de la ciudad de Tánger logró, en…

28/07/2024

La estafadora para la que piden prisión tras un engaño en Facebook

Las ofertas de alquileres vacacionales publicitadas a través de redes sociales pueden terminar constituyendo una…

28/07/2024

Así son los 4 microbuses que llegarán por vez primera a algunas zonas

Serán 4 y estarán además perfectamente adaptados para prestar servicio en aquellas barriadas que durante…

28/07/2024

La Ciudad acometerá un ‘lavado’ de cara en el Museo del Revellín

La Ciudad va a cometer unas obras de mejora en la sala de exposiciones del…

28/07/2024

Condenado por simulación: se inventó que inmigrantes le robaron

El magistrado titular del Juzgado de lo Penal número 2 de Ceuta ha condenado a…

28/07/2024