Hemos empezado la campaña electoral demasiado pronto. Quizá en esta Semana Santa que está al llegar los partidos podrían optar por la necesaria reflexión antes de echarse al ruedo en pelotas para salvar sus vidas, que no las nuestras. Si a falta de poco menos de dos meses seguimos por este camino, poco provechoso será para lo que se espera de este periodo de capta-voluntades.
Al PP no se le ha ocurrido otra cosa que meterse con el delegado del Gobierno, Rafael García, haciendo comparativas con los anteriores. Y claro, cuando uno se mete a revolver cajones puede terminar quemándose las manos. Al coordinador de campaña, Guillermo Martínez, el actual mandatario de los Reyes le parece un “asistente” de Juan Gutiérrez y lamenta que esté haciendo un “uso electoral y torticero” de una institución como es la Delegación del Gobierno. Dice además que no recuerda otros delegados que hayan llegado al punto de García.
En la sede de Ainara, esa que solo abren para dar algún que otro canutazo de prensa inesperado, deberían empezar a comer rabillos de pasas para la memoria. Creo en la buena fe de Martínez, persona que aprecio aunque mis ideas políticas están bien alejadas de las suyas. Pero también creo que debería haber sido mucho menos atrevido cuando el PP, su partido, se ha permitido el lujo de tener, mantener y defender al peor delegado del Gobierno que ha pasado por Ceuta, claro ejemplo de cómo hacer un uso torticero de la institución y otras cosas más. Rafael García es un querubín al lado de quien mandó, como sheriff, en la plaza de los Reyes. Martínez ya es viejo en el convento para olvidarse de Luis Moro y para patinar haciendo comparaciones con las que más que quemarse termina saliendo calcinado.
Del actual delegado se pueden decir muchas cosas, pero elevarlo a la cumbre que no le corresponde... como que no. Los populares patinan, van cuesta abajo y sin frenos.
Y lo peor es que no son precisamente nuevos en estas lides los que van a salir a torear para meter la pata de esta manera. Si un partido ha hecho históricamente lo que ha querido con una institución como la Delegación ese es precisamente el PP que Martínez y todo el coro que tenía alrededor de su comparecencia conocen a la perfección.
No saquen a pasear fantasmas de manera tan gratuita que al final pueden ser trasquilados.