La Delegación del Gobierno de Ceuta comenzará esta semana, una vez que se concrete el nombramiento de los coordinadores de seguridad de las obras a realizar y se evacúen los informes medioambientales de la Ciudad y agencias externas especialistas, la mayor actuación de rehabilitación y acondicionamiento de las
playas de la ciudad autónoma nunca vista en Ceuta. Apenas un mes después del temporal que azotó con saña la costa caballa durante los primeros días de abril con vientos superiores a 90 kilómetros por hora y olas de hasta 11 metros de altura en el
Estrecho de Gibraltar, la titular de la institución de la plaza de los Reyes, Salvadora Mateos, y el Ministerio de Transición Ecológica han conseguido no solo destinar 2,7 millones de euros para su ejecución, sino también adelantar su inicio todo lo posible para evitar que interfieran con la temporada de baño que arrancará el 15 de junio. Según las estimaciones realizadas por el Área de Costas de la Delegación, la fuerza de las ráfagas llegó a trasladar 84.000 metros cúbicos de arena de distintos puntos de la costa ceutí, provocando cuantiosos daños en su litoral, que será restañado y mejorado con respecto a su estado anterior. “Las actuaciones principales consistirán en el aporte de áridos procedentes del banco que generan las corrientes desde toda la bahía sur junto al espigón fronterizo del Tarajal en las playas de La Ribera, El Chorrillo y Benítez [hasta en la de El Trampolín, si es factible], las más concurridas, y en Santa Catalina, donde se va a recuperar para el disfrute de la ciudadanía el tramo más cercano al parque periurbano, donde colapsó la extensión del dique de contención que bordeaba el antiguo vertedero”, ha explicado el director de Costas, Diego Martínez.
El Gobierno central va a destinar a Ceuta una cantidad per cápita sensiblemente superior a la consignada para otros territorios afectados también por inclemencias climatológicas adversas recientes: poco más de dos millones tanto para toda la costa malagueña como para la valenciana, 1,5 para la gaditana, 1,6 para la almeriense y 200.000 para
Melilla. Además, el Ministerio se ha “comprometido” a atender la petición de la delegada de que las adjudicatarias de los trabajos encomendados por emergencia “subcontraten las labores que sean necesarias con empresas locales para fomentar la creación de empleo local”.
En La Ribera se pondrán sedimentos más gruesos para minimizar la generación de polvo
La Ribera ya fue objeto de rellenos en los años 2005 y 2009 y la anchura de la playa en la actualidad oscila entre 20 y 70 metros, pero la actuación proyectada ahora es “la más importante” que se haya hecho nunca. Además, según Martínez está previsto efectuar trabajos de “oxigenación” de la arena y se ha valorado que los áridos que se le aporten ahora sean más gruesos “para reducir la generación de polvo”. En el extremo oriental de la playa se contempla una ampliación de la escollera que limita con el foso de las Murallas para evitar reducir las corrientes que se llevan hacia allí la arena. “El banco del Tarajal está formado por arena lavada y con una granulometría adecuada y diversa que hemos estudiado para que la reposición de sedimentos sea selectiva y acorde con los de cada playa”, ha señalado Martínez. En los espigones de El Chorrillo no se prevé efectuar ninguna actuación, aunque sí será “fundamental” restaurar la escollera de la explanada de Juan XXIII, que según se ha comprobado con el paso de los días quedó gravemente afectada en todo su frente marítimo con riesgo de colapso. Esa tarea en una infraestructura que se convertirá en estratégica cuando se materialice el aterraje por allí del cable eléctrico submarino que conectará a la ciudad con la península obligará a mover provisionalmente los módulos que utilizan los secaderos de pescado allí ubicados hasta que la Ciudad reciba las autorizaciones preceptivas para acondicionar el espacio que financiará el Ministerio de Turismo para esa industria tradicional. Las obras proyectadas se extenderán con actuaciones más modestas a otros puntos del litoral como los accesos a Benítez y Calamocarro, en los que se intentará no recolocar rampas de hormigón, sino de piedra de escollera menos agresiva con el entorno natural y susceptible de ser retirada en caso necesario.
Arena y retirada de residuos en San Amaro y respeto a las lapas
La intervención sufragada por el Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico y tramitada por la vía de urgencia (en varios lotes: reposición de arenas, Juan XXIII y escolleras y accesos a las playas) contempla también un aporte de áridos a la playa de San Amaro, así como una retirada de residuos, en algunos casos de gran tamaño, que permanecen junto al mar desde hace años en el peor de los casos. Todas las obras han sido sometidas a los correspondientes
estudios medioambientales de la Ciudad Autónoma y agencias externas especializadas como la Universidad de Sevilla para garantizar que su ejecución es respetuosa en el entorno en general y con elementos como la lapa ferrugínea en particular.
Hasta 100.000 metros cúbicos de traslado de arenas
La Dirección General de Sostenibilidad de la Costa y del Mar de la Administración General del Estado redactó la década pasada un análisis de la situación actual de las playas situadas al sur de Ceuta que determinó que las de El Desnarigado y el Sarchal "no han tenido grandes variaciones en su línea de orilla, por lo que no requieren de aportes ni obras de defensa algunas". Su mayor demanda eran diversas acciones de borde, como accesos a ella, que llevó a cabo en ellas a lo largo de los años 2009 y 2010. La Ribera fue objeto de actuaciones en los años 2005 y 2009. El Chorrillo no fue objeto de intervención y su "su anchura es muy estricta". La celda norte tenía antes del último temporal unos 20 metros de anchura, pero en el centro y sur se recorta hasta menos de catorce "en tramos muy largos", por lo que se recomendó conseguir una anchura mínima hasta un valor al menos de 30 a 40 metros. El Ministerio de Transición Ecológica prevé desplazar con la intervención presupuestada en 2,7 millones de euros que se comenzará a realizar esta semana un total de hasta 100.000 metros cúbicos de áridos.
Más espacio para bañistas en Calamocarro
La actuación proyectada por el Ministerio de Transición Ecológica y la Delegación del Gobierno prevé actuaciones sobre la zona de servidumbre de tránsito de Calamocarro, en cuyo extremo más próximo a Benzú no está previsto reponer la pasarela de madera que pasaba por encima del arenal y que terminó de destrozar y se llevó parcialmente el temporal registrado hace ahora poco más de un mes. En su lugar, se quiere ampliar hasta el muro que sostiene la carretera la zona de disfrute de la ciudadanía, mejorando en la parte superior la amplitud del área específica para el tránsito peatonal junto a los carriles de circulación de vehículos. En el acceso a Los Corrales, al otro lado de la bahía norte, la Ciudad ejecutará con medios propios una nueva entrada que deberá ser desmontable y de materiales sostenibles.
Los apuntes
Relleno. La Ribera, El Chorrillo y Benítez. Las playas de La Ribera, El Chorrillo y Benítez recibirán áridos del banco que generan las corrientes junto al espigón fronterizo del Tarajal. La operación se realizará atendiendo a las características de los mismos para hacerlos lo más coincidentes posible con el entorno en el que serán depositados y se ejecutará para que termine antes del inicio de la temporada de baño, el 15 de junio. Si tuviera que alargarse hasta julio, tope máximo, se efectuaría solamente de lunes a viernes para minimizar molestias.
recuperación
Nuevo tramo de playa en Santa Catalina. La intervención en la bahía norte incluirá la retirada del dique colapsado por el temporal de abril junto al parque periurbano de Santa Catalina, donde se ganará un nuevo espacio de ocio junto al mar para la ciudadanía con la retirada de materiales antrópicos depositados tras el sellado del antiguo vertedero y el aporte también de áridos.
Juan XXIII. Explanada. La explanada de Juan XXIII deberá ser objeto de una restauración integral en su frente marítimo por el peligro de desplome que sufre en su parte más cercana al agua.