‘Javier Guerrero’ y ‘
Sanidad Ceuta’ terminaron siendo trending topic en twitter ante la revolución generada después de que el consejero admitiera públicamente que se había vacunado frente a la
covid. Era este un punto álgido del culebrón que había asomado en la tarde del miércoles con la denuncia hecha por Caballas que exigió al Gobierno claridad. Y esa llegó, aunque bastantes horas después. A las 11:30 horas del jueves, Guerrero decía que sí, que se vacunó aunque se presentó, curiosamente, como una especie de ‘anti-vacunas’. Después dijo que todos le apoyaban, aunque en la sala de prensa y en su exterior inmediato faltaban esos ‘todos’ (se podía cumplir con el protocolo covid de esa forma). Y terminó emocionándose. Mientras, las redes ardían y los medios nacionales llenaban sus portadas, sus debates y tertulias con el ‘caso Guerrero’.
“Lo importante es que los españoles empiecen a ver la ejemplaridad”
Pero habló Pablo Casado y fue entonces cuando retumbaron los cimientos ya que dejó claro que había que ser ejemplar y esa ejemplaridad pasaba por la dimisión de quienes se hubieran puesto la vacuna, sí o sí. “Lo importante es que los españoles empiezan a ver que en el PP no solo no se toleran las irregularidades” en ningún ámbito, dijo en La Sexta. Y el señor de Murcia dimitió pero el de Ceuta no. Hubo llamadas, hablaron Casado y Vivas, pero no queda claro que este le diera la orden de ‘ejecutar’ a uno de los cargos políticos que más tirón tiene en la calle por su historial de médico más que por su condición política. Casado dejaba en manos de Vivas la decisión de instar a Guerrero a que dimitiera, porque el presidente de la Ciudad nunca ha cesado a ‘uno de los suyos’. La salida la busca por otros derroteros. En redes sociales, en comentarios... se iba formando una bola de apoyo al consejero. Incluso con anuncios de concentración de la hostelería, sector defendido a muerte por el político. El choque estaba provocado.
Durante la mañana hubo reunión en el despacho, terminó pasadas las tres sin llegarse a una decisión firme: Guerrero seguía como tal, ni se le había cesado ni pensaba dimitir. Por la tarde, a las 19:30 horas, llegaría otro encuentro más y, finalmente, la nota escueta de la Ciudad confirmando que seguía en su puesto pero buscando el apoyo clave: no seguía por criterios políticos sino porque los técnicos lo dicen. Un informe técnico vale oro, y más en este gobierno donde se les busca para todo, depositando en los firmantes la responsabilidad en su particular condición de ‘intocables’.
El culebrón duró horas, la tensión fue constante pero también las llamadas telefónicas y los contactos en torno a qué iba a pasar en Ceuta. Hasta Risto Mejide, en su programa, habló del asunto teniendo al socialista Manuel Hernández de invitado, aunque este no dijo ni una palabra de la otra polémica del día: la vacunación de Jesús Lopera, no confirmada por el Ingesa pero difundida por todos los medios como un hecho real.
Así terminó la jornada hasta dar paso, en la de hoy, a las reacciones esperadas. El Gobierno
se queda igual, de cara a la galería con una postura unánime. Pero en la intimidad no todos los consejeros veían con buenos ojos que en esta historia nada pasara, todo permaneciera en su sitio y la vacuna más famosa de todas fuera como un pequeño sarpullido de invierno. No se sabe si de la segunda dosis habrá fotos o se administrará en la intimidad, en la misma con la que se ha tratado todo este asunto.