El reciente incendio ocurrido en
García Aldave y que se ha convertido en el más destructivo de la historia de la ciudad con 130 hectáreas quemadas ha evidenciado la existencia de cuantiosas lagunas en lo que se refiere al cuidado de los montes en Ceuta. Mientras la Guardia Civil trata todavía de aclarar quién o quiénes están detrás de este auténtico atentado medioambiental, las imágenes que pueden verse en otras zonas del entorno natural ceutí son preocupantes por su abandono. Simplemente un paseo por el
Monte Hacho deja ver no solo mucha basura desperdigada por distintos puntos, sino también hojarasca y ramas de todo tipo que se convierten sin duda en un acelerante natural que provocaría la extensión de las llamas rápidamente en caso de incendio. Se trata de un problema forestal que arrastra la ciudad autónoma de Ceuta por la cantidad de hojas y ramas que no han sido limpiadas y que se convierten en las mejores
aliadas de las llamas. Tal y como recuerda el presidente de la asociación de ecologistas Septem Nostra, en parte cumplen una función porque crean suelo pero hay que limpiar la zona de ramas secas ya que cuesta mucho que se degraden de forma natural.
La asociación también lamenta, por otro lado, el enorme gasto que se hace en la parte urbana de Ceuta mientras que el campo está abandonado. Un dato grave porque un tercio de Ceuta es
natural, por lo que no está en consonancia la distribución de inversiones con la propia realidad. Mantener el campo en las condiciones en que se encuentra es una temeridad porque a nada que haya viento habrá combustible natural que provocará que el fuego se extienda rápido. Es a principios de verano cuando hay que limpiar para evitar esas imágenes que no hacen más que engordar el problema.