Poco a poco, y con un largo camino aún por andar, el Ministerio de Defensa, ahora en manos de un Gobierno popular, se moderniza y acoge en su seno a las numerosas asociaciones militares que en la actualidad existen y sobreviven.
De tal manera, pese al continuo tira y afloja entre los máximos dirigentes de las asociaciones castrenses, con algún capítulo bochornoso como el arresto que sufrió el pasado año Jorge Bravo, primer espada de Aume, la más representativa de las entidades, el Ministerio de Defensa ha mejorado la comunicación para facilitar el trato entre ambas partes.
Con este objetivo, nació el Registro de Asociaciones Profesionales de Miembros de las Fuerzas Armadas, el denominado RAPFAS, organismo oficial y competente que trata directamente con las distintas asociaciones militares y que, asimismo, cuenta con un portal digital, cada vez más completo, para que aquellos efectivos que deseen informarse acerca de lo que implica darse de alta en una asociación y el papel a seguir, siempre bajo el amparo legal.
Las asociaciones profesionales de miembros de las Fuerzas Armadas tienen como finalidad la promoción y defensa de los intereses profesionales, económicos y sociales de sus asociados.
Así, para poder quedar incluidas en el marco legal delimitado por la Ley Orgánica 9/2011, de 27 de julio, de derechos y deberes de los miembros de las Fuerzas Armadas, deberán inscribirse en el mencionado Registro de Asociaciones Profesionales de miembros de las Fuerzas Armadas.
El RAPFAS es, por tanto, un órgano administrativo del Ministerio de Defensa, adscrito a la Secretaría General Técnica de dicho departamento, y que tiene carácter unitario para todo el territorio nacional, incluido de tal manera las islas y las dos ciudades autónomas.
Los trámites, como especifica el RAPFAS, son los siguientes: Constitución de la asociación; modificaciones estatutarias; identidad de los titulares de los órganos de gobierno y representantes; suspensión de una asociación; baja de una asociación; disolución de una asociación; constitución de una federación; confederación o unión de asociaciones; incorporación o separación de una asociación a una federación; confederación o unión de asociaciones; incorporación o separación de una asociación a organizaciones internacionales; declaracion responsable sobre el número de asociados; y designación y baja de representantes de las asociaciones en el Consejo de Personal de las Fuerzas Armadas.
Auge del asociacionismo
Por este ‘filtro’ han pasado, hasta la fecha, la principales asociaciones militares españoles, las que dan cobijo a miles de efectivos: ASFASPRO, que es la Asociación Profesional de Suboficiales de las Fuerzas Armadas; AUME, que es la Asociación Unificada de Militares Españoles; ATME, que es la Asociación de Tropa y Marinería Española; AMTM, que es la Asociación de Militares de Tropa y Marinería; AMCOFAS, que es la Asociación de Militares de Complemento de las Fuerzas Armadas; AUMPE, que es la Asociación Unificada de Militares Profesionales de España; AMO, que es la Asociación de Militares Ourensanos; y UMT, siglas de Unión de Militares de Tropa.
Además, hay que tener en cuenta el paso de la nota simple informativa o copia de los asientos, que constituirá un mero traslado de los asientos y datos en que se estructura el Registro y se expedirá por el citado organismo con indicación del número de hojas y de la fecha en que se extienden, llevando su sello.
Por último, la certificación será el medio de acreditar fehacientemente el contenido de los asientos y de los documentos depositados en el Registro. En ningún caso se podrán expedir certificados sobre los datos de inscripción de asociaciones inscritas en otros registros de asociaciones, impedimento que no merma un avance lento pero parece que firme.