La Consejería de Medio Ambiente y Sostenibilidad esperará “unos dos años” para que se produzcan los rebrotes en la zona de monte que fue arrasada por las llamas en el grave incendio forestal ocurrido el 9 de julio del pasado año.
Así lo ha explicado el titular de la consejería, Emilio Carreira, a su paso por el programa de COPE Ceuta La Voz del Faro, donde ha señalado que esperar este tiempo prudencial es lo que aconsejan los informes elaborados por los biólogos de la sociedad municipal Obimasa. “Estamos esperanzados en que haya parte de la superficie que fue quemada en la que los rebrotes se produzcan de forma natural, aunque también tenemos previsto, y con la financiación también preparada, un plan de reforestación”, subrayá el consejero, que además ha destacado que en la recuperación de la zona afectada por el incendio también colaborará el Ministerio de Defensa.
La brigada forestal de Obimasa ha estado trabajando durante meses en la limpieza de la zona incendiada, entre el Arroyo de Calamocarro y la zona de Aranguren, lugar en el que ardieron 30 hectáreas.
Allí se han realizaron algunas quemas controladas y se adquirió maquinaria específica para la limpieza y eliminación de los restos arbóreos quemados. En este caso, una biotrituradora con capacidad para destruir hasta 20 metros cúbicos en una hora.
Las zonas sobre las que se trabajó fueron en García Aldave, la de Aranguren y la Pista de la Lastra. El incendio forestal del pasado verano fue el más grave sufrido en Ceuta en las dos últimas décadas, arrasando una treintena de hectáreas que se encuentran englobadas dentro de la calificación de ‘suelo no urbanizable con protección ecológica’ de acuerdo al Plan General de Ordenación Urbana. Hay que recordar que todas las parcelas que se quemaron aquella fatídica tarde se encuentran dentro del ámbito territorial del Lugar de Importancia Comunitaria ‘Calamocarro Benzú’ y en la Zona de Especial Protección de Aves del mismo nombre. Debido a la gran masa forestal destruida, el Gobierno de la Ciudad se propuso como principal objetivo en el ámbito medioambiental para este año comenzar la recuperación de esa gran masa arbórea perdida, compuesta en su mayoría por pinos y otras especies autóctonas, aunque tardarán años hasta que el lugar vuelva a su aspecto anterior.
El incendio fue de tal magnitud que se han perdido zonas verdes y muy frondosas de García Aldave, sobre todo en aquellos espacios, como en Anyera, en las proximidades del perímetro fronterizo, donde el acceso de los medios de extinción era tremendamente complicado y el fuego se propagó con mucha celeridad debido a la orografia. Tanto es así que fueron necesarios dos hidroaviones para ayudar a los bomberos, que trabajaron durante 16 horas seguidas para sofocar llamas que alcanzaron más de una decena de metros de altura en lugares de alto valor ecológico.