Hoy quiero hablar de un buen amigo, ante todo, luego compañero de profesión que ha sido durante mucho tiempo. Se trata de don Francisco Muñoz Aguilar. Muchos dirán y ¿quién es este hombre? Pues nos tendríamos que situar hace muchos años, cuando nuestros hombres de pecho de lata se encontraban por el espacio español intentando buscar soluciones a las inhumanas situaciones que teníamos que afrontar todos los días del año.
No existía un horario semanal.
Éramos esclavos del uniforme.
Nos trataban con la punta del pie.
Y gracias, repito, a grandes hombres como este pequeño guardia civil de estatura, porque de hombría está más que demostrado, que vale mucho más que unos pocos de nosotros. Se pusieron manos a la obra para buscar soluciones a lo que todos decían que no se podía hacer. Sin embargo él sabía que podía. Pues sí que se ha hecho.
Gracias a cabezas pensantes como la tuya. Que quedan muy pocas y deberían de intentar buscar más como tú. Aunque ya he dicho que eres un ejemplar único.
Sacar el tiempo de donde no lo había.
Buscar las reuniones para paliar los problemas.
Convencer a los cabezas cuadradas.
Y todo poco a poco y bajo un síntoma del miedo.
Pero que para él era como una medicina. Siempre estaba enarbolando una nueva causa. Y es que este hombre era intratable.
Lo que se le metía entre ceja y espalda lo conseguía.
Incluso le costó salir de los lugares que eran destinados para los guardias civiles que tenían algo de influencias con los superiores.
Y es que siempre estaba ayudando a sus compañeros en todos los casos que le buscaran.
Era como la cola de una Salamarquesa cortada. No se estaba quieta.
Sus casos eran todos los que podía ayudar al prójimo.
Ahora sin ti estamos huérfanos.
Pero te hacía falta descansar.
Que aproveches todo el tiempo que tendrás a partir de ahora libre.
Aunque conociéndote seguro que seguirás en la brecha mientras tus fuerzas te acompañen. Eres un super guardia civil. Para mis ojos. Que dures por el bien de todos muchos años. Te felicito por haber llegado hasta esta edad que muy pocos son capaces de hacerlo dentro de la brecha.
Viva nuestro Francisco Muñoz Aguilar.
Viva ‘monchi’ como te conocemos los amigos.
No quiero verte tan solo en una foto de prensa. Como si fueras una estampa de algún santo. Como las tienen muchas mujeres que creen en algún santo mártir. Deseo escucharte y verte durante mucho tiempo.
Un fuerte abrazo.