Nueva jornada de presión
en la frontera del Tarajal. La acumulación de porteadores que querían salir a Marruecos cargados con mercancía ha llevado
a la Guardia Civil a cerrar, de manera intermitente, el paso por el que se canaliza a las personas que salen al vecino país andando, así como la frontera impidiendo también el tráfico de vehículos durante varias horas. Se han vivido episodios de auténtico caos. Gran cantidad de personas se quedaron atrapadas en Ceuta llegando a ocupar la carretera hasta desdibujar la rotonda, siendo imposible el tráfico de vehículos. Se ha intentado evitar la generación de avalanchas conteniendo a todas las personas pero cayendo en el error de mezclar a todos: desde los que llevaban mercancía hasta los que no, quedando atrapados mayores y niños. España adoptó esta actitud debido a los decomisos masivos que se están produciendo en Marruecos, en donde se quita a los que cruzan hasta bolsas con comida y se les registra los bolsos, tal y como han denunciado varios afectados a este periódico. Y en esos registros asoma ella, una agente marroquí que ‘amenaza’ con ser la sustituta de Tarek, aquel temido aduanero al que las autoridades marroquíes retiraron hace un mes de Bab Sebta por su actitud. Ahora una agente está siendo la ‘comidilla’ de los porteadores y no porteadores por su actitud hacia todo el que entra procedente de Ceuta. Registra bolsas y bolsos particulares, trato con dureza a los que pasan el filtro rebuscando hasta en las prendas… es la más temida entre todos los que ejercen el control.
Y este lunes, al igual que desde hace semanas, se han estado haciendo decomisos indiscriminados, quitando todo lo que portan las personas que salen de nuestra ciudad. Esta situación lleva a que la frontera española haya quedado bloqueada durante dos horas, con cientos de porteadores que intentaban salir en avalancha para conseguir así sacar sus bultos o que esperaban en el lado español a un cambio de turno. La Guardia Civil, en igual número que otros días
a pesar de las denuncias de la AEGC, impedía la salida y cada vez el número de personas que bloqueaba la frontera era mayor. ¿El resultado? Un paso imposible.
Durante toda la tarde se ha estado procediendo al cierre de las puertas para no dejar salir a pie y tampoco en coche o moto, quedando cerrada y anulada toda la comunicación entre Ceuta y Marruecos. Un ejemplo más de cómo funciona la frontera entre dos países que no supone más que el reflejo de cómo está la situación. Las autoridades españolas no hablan, sigue sin haber comparecencia y el paso ‘Tarajal II’ pasa a la historia, cerrado, sin tráfico y con las sombras de carecer incluso de control de seguridad. La situación, de momento, no tiene visos de un arreglo inmediato.
La Policía Nacional llega a la frontera en apoyo
La Policía Nacional ha hecho acto de presencia pasadas las 19.00 horas para apoyar a la Guardia Civil y lograr así la liberación de las personas que se habían quedado atrapadas en Ceuta sin poder salir a Marruecos. Los vehículos ya han vuelto a transitar después de un par de horas parados, pero se están haciendo espacios para que las personas puedan marchar.
La situación es caótica con un tapón de personas que puede degenerar en cualquier tragedia, es una situación alertada en muchas ocasiones y ha tenido que acudir el CNP porque se temía cualquier incidente en materia de seguridad.
GRS para poder hacer el relevo
Debido a la cantidad de personas que se acumulan en la noche de este lunes en el paso fronterizo, la Guardia Civil ha tenido que recurrir a la presencia de los GRS de la Benemérita para que estos asistieran durante el relevo de las unidades que allí se despliegan.
Mil vehículos parados en el embolsamiento
El caos en la frontera ha tenido su reflejo en la explanada de Loma Colmenar, donde alrededor de 1.000 vehículos se han acumulado en la zona de embolsamiento, esperando horas hasta que se han comenzado a realizar las primeras aperturas para el paso de coches y motos por la frontera. Una imagen que, debido a las retenciones que se dan con frecuencia en estas últimas semanas, se está convirtiendo en habitual: la del embolsamiento repleto.