Los decomisos de mercancía en el lado marroquí han frenado la entrada este lunes en Ceuta de las porteadoras. Es el efecto del miedo que sufre un colectivo que no puede arriesgarse a perder los bultos que intentan pasar.
Esa escasa afluencia ha incidido directamente en la tranquilidad que impera en el espacio fronterizo, frenando las avalanchas. El despliegue de los GRS garantiza la imposibilidad de acercarse a la frontera, lo que se suma al control sobre las personas que quieren salir andando para que solo porten dos bolsas.
El tráfico de mercancía en vehículos sí que se ha mantenido, habiendo la misma presión en la explanada que sirve para el embolsamiento de los coches que parten hacia Marruecos.
Unos euros a la mano, los hacen ciegos y sordos.