Las redes sociales tienen eso, que convierten en viral una historia concreta y pueden elevar a ‘conflicto’ lo que en el fondo es un mero error informático. Esto es lo que ha podido suceder con un acta de destrucción interpuesta por la
Guardia Civil de Ceuta en la frontera el pasado 1 de enero, cuando se procedió a la intervención de varios lotes de mercancía que estaban repartidos debajo del maletero del coche y de los asientos. Chocolate, caramelo líquido, nata líquida, zumos... En total 45 cajas de distintos productos. En el apartado de ‘observaciones’ incluido en el acta de destrucción que se le entregó al conductor del coche se menciona específicamente que “se procede a la intervención de mercancía por incumplir la normativa sanitaria y aduanera, alerta por fiebre aftosa”.
Fue precisamente este punto el que hizo saltar las alarmas: ¿un decomiso justificado por una alerta de fiebre aftosa cuando ni se ha comunicado su existencia ni se han adoptado medidas a pie de Tarajal? La difusión del acta no hizo sino incrementar aún más los recelos que existen a pie de frontera ante la falta de criterios que tienen que ver con las relaciones comerciales entre Ceuta y
Marruecos ahogadas desde el cierre del paso
Tarajal II y sometidas a todo tipo de vaivenes: avalanchas, decisiones contradictorias en cuanto a la regulación del tráfico de personas...
El Instituto Armado ha zanjado la polémica encuadrando dicha ‘observación’ en un mero error informático que llevó a que se recogiera en el acta una leyenda que nada tenía que ver con este servicio pero que sí se incluyó en otra levantada el 21 de diciembre, cuando se intervino carne en el interior de un vehículo que cruzaba de Marruecos a Ceuta, repitiéndose por error.
En el caso de marras, aclara la Guardia Civil, este coche también entraba en la ciudad y se le encontró la mercancía por lo que se levantó acta por expedición comercial aplicándose la normativa de Aduanas. Al conductor se le ofreció regresar a Marruecos con los productos. Optó por aceptar la destrucción de los mismos, extremo que se llevó a cabo. Lo demás, un mero error.