Lo recordó el jefe accidental de Bomberos, Miguel Ángel Ríos, y razón no le falta. La investigación de incendios presumiblemente provocados como el de la pasada madrugada compete a la Guardia Civil, pero todos los ciudadanos estamos obligados a alertar sobre comportamientos que nos resulten sospechosos o avisar si verificamos que se está incumpliendo lo recogido en el decreto que dictó la Ciudad Autónoma.
Entre todos se puede combatir las aspiraciones enfermas de quienes disfrutan quemando, atacando a la naturaleza y arrebatándonos lo que tenemos.
Cada uno en nuestra parcela podemos hacer mucho simplemente con llamar al 112 cuando vemos actos que no concuerdan con lo legal o riesgos. Es de vital importancia esa unión para proteger lo que tenemos.
“No hay casualidades”, reconoció Ríos. No hay por tanto explicación a dos incendios seguidos de esta naturaleza y en puntos opuestos más allá de la existencia de una acción premeditada.
La Guardia Civil se encargará de indagar, los Bomberos ya dieron la talla uniéndose para evitar tragedias, nosotros ahora como ciudadanos tenemos que servir de eslabón necesario para no dejar pasar por alto ningún comportamiento contrario al debido control y cuidado de nuestros montes.
La pasada noche pudo haber ocurrido una auténtica tragedia, pero se frenó. Queda mucho verano por delante y los riesgos son constantes así como el ánimo de algunos por actuar de forma incendiaria contra lo que tenemos.