La Inteligencia Artificial (IA) son las tecnologías relacionadas con el tratamiento intensivo de grandes volúmenes de datos y con el aprendizaje de las máquinas, lo cual va a condicionar la evolución de la sociedad y su capacidad de generación de riqueza. Relacionado con esto, aparece otro concepto, el denominado “Machine Learning”, o conjunto de herramientas que permiten que una máquina aprenda de unos datos de forma iterativa.
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) ha establecido unos principios sobre la Inteligencia Artificial, que merece la pena leer. Entre otras cosas, establecen que los sistemas de IA deben diseñarse respetando los derechos humanos, los valores democráticos, la diversidad y el Estado de Derecho, y deben incluir los mecanismos apropiados para permitir la intervención humana, cuando sea necesario, para garantizar una sociedad justa y equitativa.
Sobre estas y otras cuestiones relacionadas, mantuvimos un debate en la Casa del Pueblo de los socialistas granadinos, en donde el eurodiputado y miembro de la Comisión Especial del Parlamento Europeo sobre Inteligencia Artificial en la Era Digital, Ibán García del Blanco nos habló de la cuestión regulatoria, la gobernanza y la innovación en la Unión Europea. Entre los asistentes había gentes muy diversas. Unos, del mundo de la universidad. Otras, del mundo de la política, el Derecho o el Arte. La expectación y el interés por lo que allí se hablaba, fue muy intenso.
Así, se habló del Plan de futuro para la digitalización, de la necesidad de una Norma general sobre Inteligencia Artificial, de las cuestiones éticas aplicables a la IA, o de la conveniencia de la existencia de algún tipo de organismo, tipo Agencia, para el control de la IA, ya sea a nivel europeo o nacional. Lo que quedó claro es que el espacio europeo, con 500 millones de personas, era uno de los territorios más prósperos del mundo y el que había sido el faro del desarrollo de los derechos humanos. En esta nueva revolución digital que se está fraguando, teníamos que volver a ser pioneros en su regulación.
Una cuestión muy interesante que surgió en el debate fue el peligro que suponía que se hubiesen suprimido las asignaturas de informática del bachillerato. Pese a las explicaciones de la ministra, en el sentido de que se trataba de una materia transversal, los expertos allí presentes coincidieron en que esta no era razón suficiente. Al igual que las matemáticas son una materia transversal que se aplica en muchas otras disciplinas, no por eso debía de suprimirse dicha asignatura, pues los estudiantes necesitan una formación concreta en la misma.
Otro asunto de máximo interés fue l necesidad de regular el denominado “metaverso”, que ya está aquí. Los problemas jurídicos que plantea el uso de los datos personales en la formación de estos artilugios digitales son de la máxima importancia. La posibilidad de que los delincuentes actuaran suplantando nuestra personalidad a través de avatares personales, es algo posible. También en esto, los expertos presentes se pronunciaron a favor de la necesidad de creación de lo que ellos denominaban “metaverso público”.
La implicación que iba a tener la IA en el empleo, o incluso en asuntos sanitarios como los trasplantes, y lo que allí se habló al respecto, fue también de máximo interés. Por ejemplo, algún experto se preguntaba qué pasaría con los conductores de camiones, cuando la IA hiciera posible los vehículos de transporte autónomos. O con los órganos para trasplantes, cuando estos vehículos autónomos redujeran los accidentes de tráfico a puras anécdotas.
Sobre la implicación de la IA en el mundo laboral, en un interesante artículo titulado “Los perfiles del derecho a la desconexión digital”, de la catedrática María Belén Cardona Rubert, en la prestigiosa revista Derecho Social, nos indica que “…es necesario reconocer que el mismo tiene una vertiente positiva, como la flexibilidad en la ejecución de la prestación laboral, la seguridad sanitaria y el favorecimiento de la conciliación de la vida personal y familiar con la laboral a través de la autoorganización del trabajo y la gestión del tiempo. Pero al mismo tiempo, es imposible desconocer los aspectos negativos o por así decirlo, los riesgos asociados al trabajo ejecutado mediante la utilización de estas tecnologías: invasión de espacios vinculados a la intimidad personal y familiar, indefinición de los límites entre estos y los estrictamente laborales, daño para la salud de los trabajadores, perjuicio efectivo para la conciliación de la vida personal y laboral, y contribuir a consagrar roles de género y particularmente las tareas de cuidado a las mujeres”.
Dos últimos aspectos de la máxima importancia fueron las implicaciones que la estricta normativa sobre la regulación de la IA tendrá en las pequeñas empresas y la brecha digital que se estaba creando, ya no solo en personas sin medios informáticos, sino en personas mayores, que por su avanzada edad y el desconocimiento de las tecnologías digitales, se veían impedidos de realizar cosas tan sencillas, como sacar dinero de un cajero automático o enviar una documentación a las administraciones públicas. Sobre ambas, todos coincidimos en que era obligación de las Administraciones impedir que esto sucediera. Para ello, era necesario elaborar de forma urgente planes de transición tecnológica, similares a los que se están elaborando para la transición energética, para no dejar a nadie atrás. Quizás no estaría nada mal que fuésemos pensando en la necesidad de formar y financiar a equipos jóvenes de asistentes, para ayudar a estas empresas o personas mayores en su quehacer diario.
Al igual que en su día las Casas del Pueblo socialistas, o los ateneos libertarios, jugaron un papel importante en la alfabetización y culturización de la clase obrera, en la actualidad están también llamadas a ejercerlo en la alfabetización digital de todas aquellas personas que se pueden quedar atrás en el imparable avance de las nuevas tecnologías. Estemos atentos a todo esto, pues en ello nos va el futuro. Por esta razón fue tan gratificante esta jornada informativa.