La frontera y los polígonos del Tarajal están de nuevo envueltos en un caos a gran escala, propiciado de nuevo por los problemas de paso y de tránsito en el puente del Biutz.
Cada cierto tiempo, la escena se repite. Cientos de porteadores apilados en la rotonda de la frontera, aferrados a bultos por los que cobran ya 70 euros, y de los que no se despegan hasta que no han llegado a su destino, porteadores que se agolpan en el Tarajal porque las autoridades marroquíes están restringiendo el paso de grandes bultos, y mantienen abierto el puente apenas una hora al día.
A esa situación, que no es nueva, nunca se le ha dado solución. Simplemente ocurre que hay un día en el que las condiciones de los aduaneros marroquíes se relajan y el problema puntual termina desapareciendo. Y vuelta a empezar. Evidentemente no es el mejor escenario, y lo que hay que procurar es dar solución a ese caos continuo que hay en el Tarajal y que en momentos puntuales se agrava. Y mucho.
Esto es lo que está ocurriendo ahora en los polígonos y la frontera, donde esos porteadores que aguardan el mejor momento para regresar a su país, intentan pernoctar, con bulto incluido, a la intemperie. La presencia de estas personas hace que otros intenten aprovecharse de la situación, cometiendo robos y otros actos delictivos. A todo esto se añaden atascos y colapsos en los accesos a la frontera y que afectan de lleno a la vida cotidiana de las barriadas próximas, como las del Príncipe o Loma Colmenar.
Solo hay que fijarse un momento en la imagen superior, y en la que se observa una rotonda colapsada de porteadores y vehículos con las fuerzas de seguridad intentando mantener el orden en mitad de este caos gigantesco que es el Tarajal. Mucho se ha debatido en distintos foros como la Asamblea acerca de la situación de la zona. De momento nadie ha sido capaz de dar con la clave. Y llegará el día en que tengamos una desgracia.