Hay días en los que se juntan dos o más noticias de esas que no hacen sino demostrar el nivel atesorado por la clase política que nos gobierna. Suponen la combinación explosiva de una tozuda realidad a la que mejor acostumbrarse porque no cambia ni lo hará. Así, tras la difusión del vídeo viral del supuesto acercamiento de Mohamed VI a las costas de Ceuta para que los bañistas le aplaudieran, nos topamos con una Delegación del Gobierno que lo más que sabe decirnos es que la Policía está “tratando de averiguar” si el que pasó por Ceuta fue Mohamed VI o no. Si esto te lo dice una Delegación del Gobierno es como para empezar a hacerse caquita en los pantalones. ¡Tenemos que tratar de averiguar algo que la Plaza de los Reyes debería saber ya, que la Guardia Civil o el CNI tendrían que conocer! Pero no se preocupen, la Policía está analizando el vídeo para darnos una respuesta de si el aclamado rey es el de Marruecos o no, ya que al de España no le deja venir a visitarnos el Gobierno de Pedro Sánchez y compañía. A estas alturas lo importante no es si el del barco se llama Mohamed VI o es alguien que se le parece, sino los controles que tenemos en esas líneas imaginarias que llamamos fronteras y que se blindan de aquella manera. Bueno, también es cierto que cabría preguntarse si tenemos o no una frontera con Marruecos, quizá ahí estaría la clave de este mundo de tebeo.
Si grotesco es todo esto, indignante es la manera en la que nos quieren tomar el pelo las dos administraciones de la mano. Aquí el alcalde y la delegada se han sentado alrededor de la mesa de camilla para, con un café de por medio, idear la manera de atontar más al pueblo vendiéndonos la solución a los problemas de inseguridad del puerto. Así preparan una campaña de imagen sacando a pasear a policías de ambos Cuerpos para que ‘despejen’ a los inmigrantes del lugar. Vamos, para que los viandantes no los vean. Decenas de agentes escenifican la operación maquillaje para acallar las críticas de la gente ante la maraña de sucesos. Lo que hacen es mandar a los inmigrantes a las escolleras o hacia Benítez para que, cuando ya las furgonetas se vayan, vuelvan a la avenida portuaria. En eso les va el sueldo a los jefazos de ambas casas, en inventarse estas soluciones de chiste con las que quedarse con todos nosotros.