El desarrollo de la segunda edición ‘Cuna de la Legión’ fue todo un éxito en cuanto a número de participantes (prácticamente el doble que el pasado año), pero dejó un mal sabor de boca entre muchísimos ciudadanos por los colapsos registrados en toda la ciudad. Y es que tanto la zona centro como la del extrarradio estaba bloqueada, sin existir posibilidad de salida alguna porque no se habían dispuesto alternativas para el tráfico rodado. El debate está en la calle: a algunos les pudo parecer desmesuradas las críticas de los ciudadanos que se vieron bloqueados, a otros tantos les pareció bochornoso que la organización no hubiera previsto salidas para todos aquellos que debían acudir a sus trabajos, ir a una urgencia o hacer gestiones que les obligaba a utilizar los vehículos. No se puede pasar por alto lo que ha sucedido. La crítica ha existido y a la misma no solo hay que darle una respuesta sino que urge adoptar soluciones para el año próximo, soluciones reales más allá de aconsejar no usar el turismo porque en muchísimos casos es imposible. La carrera en sí es un atractivo, un éxito su celebración, pero no se puede dejar una ciudad colapsada porque se desarrolle un evento deportivo, más si cabe cuando no hubo alternativa alguna para poder evitar el atasco. Muchas familias quedaron encerradas en sus barrios y muchísimas personas perdieron el barco en un puerto caótico. Eludir lo que ha ocurrido es un error, urge analizar los fallos de una organización no ajustada a la realidad.