Categorías: Sociedad

“Dar seguridad absoluta es imposible, pero se trata de detectar las actividades sospechosas”

El Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) de Ceuta encara, con la llegada de los meses estivales, la que estadísticamente es la época del año con más llegadas. Un inicio de buena climatología que llega con 473 residentes, lejos del tope fijado en 512 internos, y un nuevo director al frente: Carlos Guitard. Procedente de la Guardia Civil, fue teniente coronel de la Benemérita en nuestra ciudad, Guitard resta importancia a las críticas que, tras su nombramiento, ponían en entredicho la conveniencia de un miembro de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado al frente de una institución de acogida a inmigrantes como el CETI. Sobre eso y sobre los asuntos de actualidad que rodean tanto al centro como al fenómeno migratorio habla en esta entrevista con ‘El Faro’.
–Lleva menos de un mes como director, ¿cuáles son sus primeras sensaciones en el puesto?
–Es una satisfacción comprobar que el centro cuenta con un personal muy cualificado y con gran experiencia. Así que por ese lado, gratamente satisfecho. Es verdad que las jornadas de trabajo aquí son muy intensas, más que de duración, en el hecho de que continuamente surgen pequeños problemas que requieren de nuestra atención.
–¿Qué volumen de internos albergan?
–A día de hoy 473 residentes. Es decir, hay aún un margen suficiente hasta la capacidad tope que está en 512 aunque, como bien saben está previsto y se cuenta con infraestructura para albergar un número incluso superior. Intentando, por supuesto, que no se rebasen los 512.
–Aludía antes al ámbito de los profesionales, ¿considera el personal con el que cuenta suficiente?
–Aquí contamos con servicios y prestaciones. Los primeros se contratan externamente a empresas, a través de un contrato público. Las prestaciones corresponden a ONGs, de ahí que contemos con personal de CEAR o de Cruz Roja. No tenemos ningún tipo de carencia en este punto.
–Respecto al trabajo de su predecesor, ¿va a seguir una línea continuista? ¿Qué aspectos le gustaría mejorar?
–Soy de la opinión de que lo que funciona es mejor no tocarlo pero, evidentemente, todo es susceptible de mejora. Y, si había una vía de colaboración con otras organizaciones, profundizar en ellas y estrechar aún más esa colaboración. Son muchas las ideas que uno tiene, pues ya se están teniendo contactos, por ejemplo con el Área de Menores, para ver de qué forma podemos estar más interrelacionados y poder ofrecer un mejor servicio. Mi antecesor, Carlos Bengoechea, hizo una labor extraordinaria y ahora veremos qué es mejorable.
–¿Nos adelanta alguna de esas ideas?
–Por ejemplo, aunque de momento no es más que un esbozo, a mí me gustaría que los chavales de los colegios e institutos subieran al centro y conocieran de primera mano el drama que han pasado y están pasando los residentes. Que se conciencien de que son seres que deben tener los mismos derechos. Ir ‘pinchando’ en esa juventud para que vean a los inmigrantes como una realidad y no como algo extraño y lejano. Sería bueno que pasaran por aquí, darles una charla, que vieran lo que aquí se hace, con qué dificultades se encuentran los residentes, cuáles son sus metas... También hay ideas sobre crear algunos nuevos talleres.
–Habla en definitiva de acercar el CETI, darle mayor visibilidad tal y como siempre defendía también Bengoechea. Y al igual que a él, ¿le preocupan cuestiones como la ablación, el riesgo de trata de mujeres, prevención de enfermedades, etcétera...?
–Precisamente ayer (por el jueves) tuvimos una reunión sobre cómo podíamos colaborar para prevenir el tema de la trata. Por nuestra parte, como siempre lo ha estado el centro, estamos abiertos. Son políticas del Ministerio sobre las que hay que continuar y, si se puede, profundizar. Además, el trato personal con quienes tienen que ver con ese tema es bueno, cercano. El conocimiento mutuo facilita el entendimiento. Hay que luchar contra esa lacra.
–A nivel personal, ¿qué le supone este cargo?
–Tengo vinculaciones familiares y de amistad con Ceuta y, de alguna manera, pasaba más tiempo aquí que en mi residencia habitual. Así que cuando mi antecesor marchó, la plaza quedó vacante y la solicité echando mi currículum tal y como marcaba el proceso. Para mí esto es un reto más de estar en primera línea. El CETI está en esta primera línea de la inmigración en cuanto a la vulnerabilidad de este colectivo. Pues es una satisfacción ver el cambio cuando marchan, tras ver las condiciones en las que llegan. Aquí tenemos permanentemente dos abogados, uno de CEAR y otro de Cruz Roja que están de forma continua atendiendo a los residentes. Nos preocupamos porque es nuestro cometido. Las solicitudes, aclararles dudas, facilitarles las gestiones... y el seguimiento, el día a día. Esto no es la teoría, es la práctica, la realidad.
–Por su profesión dentro de la Guardia Civil ha estado en contacto con la inmigración pero de un modo un tanto diferente. ¿Cómo cambia uno el chip de estar en uno y otro lado?
–El fenómeno de la inmigración es muy complejo y en él intervienen varios ministerios siguiendo la política migratoria determinada por el Gobierno. Y hay unas normas y unas leyes, así que en uno u otro sitio el común denominador es el cumplimiento de las normas, evidentemente. Como sabe a Interior le corresponde el control del acceso. Ahora estoy en otro sitio y ves la inmigración desde otro punto de vista. Pero no enfrentado, sino complementario ya que es el proceso que siguen los inmigrantes. Cuando se publicó el Reglamento de Extranjería se hablaba de que las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad encargadas de la vigilancia y control de las costas y fronteras, cuando el inmigrante se encuentra en las inmediaciones, su cometido es llevarlo a comisaría. Ese es el primer paso, luego ya vienen al centro, donde se les acoge y se les ofrece todo lo que está a nuestra disposición durante el tiempo que tengan que estar aquí. Luego pasan a otros centros. Estamos hablando de inmigración, pero en los CIES el punto de vista también varía. Por eso, el cambio de chip del que habla en mi caso no me ha supuesto ningún esfuerzo.
–¿Considera que ha variado mucho esta problemática desde su anterior etapa en Ceuta al frente de la Guardia Civil?Antes, cuando era un fenómeno nuevo, la política era más de ‘expulsión’, de rechazo. Ahora hay una política más de acogida, ¿no?
–Hablaba sobre el Reglamento de Extranjería. Antes ni siquiera existía. La ley se va cambiando, modificando... siempre intentando mejorar. Lo que se hacía entonces dentro de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado era lo que la ley marcaba. Quizás había una serie de vacíos legales, pero la inmensa mayoría de los inmigrantes que venían al CETI eran traídos por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad. En eso no ha cambiado. Sigue el goteo de llegadas, eso sí. Pueden cambiar las rutas, pero la problemática en sí es la misma. La de personas que desgraciadamente se ven abocadas a abandonar sus países buscando algo mejor. Esa es la motivación principal que han tenido siempre, máxime si se agrava con conflictos bélicos, étnicos... Últimamente están llegando inmigrantes procedentes de Mali, por ejemplo.
–Tras su designación más de uno comentó, apoyándose en su perfil profesional, que con el nombramiento de un alto mando de la Guardia Civil se corría el riesgo de convertir el CETI en un cuartel. ¿Algo que decir a estas críticas o comentarios?
–Estamos en un país libre y cada uno puede expresar libremente lo que considere pero, como usted comprenderá, en el ámbito de la Guardia Civil hay un reglamento que hay que cumplir y una ley de derechos y deberes y la misión de uno es exigir que se cumplan. Con relación a los ciudadanos, tenemos una Constitución, unas leyes y unas normas que hay que cumplir. Aquí no piense que no existe un régimen interior dentro del centro, pero que ya estaba cuando he llegado. Es normal. Si hay un colectivo de más de 470 hombres y mujeres, cada uno de un país, con una problemática, con costumbres a veces similares y a veces distintas. Nada más que para dar los desayunos, comidas y cenas hay que poner un orden y un horario. Este es un centro abierto. Aquí hacen una serie de actividades básicas que es les ofrecen más allá del alojamiento y la manutención. Creo que si lo que se pretende al final es la integración del colectivo de inmigrantes que tenemos en el centro, es fundamental que conozcan el idioma, de ahí que se le dé gran importancia a la enseñanza del español, porque es lo que les va a ayudar a la hora de relacionarse en el entorno. Tiene que haber clases, un horario... pero de ahí a eso que señala creo que hay un abismo.
–Se comentó hace algún tiempo la posibilidad de que los CETIs de Ceuta y Melilla se reconvirtiesen en CIEs. ¿Qué sabe sobre eso?
–No he oído esos comentarios. Pero unos y otros tienen cometidos totalmente distintos. En cualquier caso estaríamos hablando de una hipótesis, pero no creo que este centro en ningún caso se pueda convertir en un CIE.
–Basta pasar al otro lado del Tarajal para ver con nuestros propios ojos que hay decenas de inmigrantes esperando su oportunidad para llegar a Ceuta o a la península. ¿Qué dato manejan ustedes?
–Como centro estamos en contacto tanto con la Delegación del Gobierno como con las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. Ellos son quienes nos dan el barómetro, el pulso de lo que puede haber al otro lado. Nuestra misión no es estar al tanto de lo que hay allí, aunque lógicamente nos interesa para estar prevenidos.
–¿Les preocupa de cara al verano?
–Claro, pero hace siete años posiblemente el panorama en la carretera entre Tánger y Tetuán no era tan distinto. Nos preocupa y tenemos estadísticas, bases de datos del Ministerio muy completas, con previsiones... obviamente cuando mejoran las previsiones climatológicas hay un repunte, si hacemos un gráfico vemos que se incrementa. Hay que estar preparado para que, si ocurre algo, no nos sorprenda.
–Veo que no me va a dar ninguna cifra estimativa...
–Es que sería muy aventurado cuantificarlo en una cifra. Desde el día 5 de abril en el que tomé posesión hemos derivado 21 residentes que han ido a distintos centros de la península administrados por ONGs, ahora estamos preparando otra nueva lista, casi de cincuenta personas. Es decir, que hay un trasiego constante. La Dirección General de Migraciones está muy interesada en acortar en la medida de lo posible todas las tramitaciones, pero eso no depende de nosotros.
–En la ciudad hermana de Melilla las noticias sobre inmigración son semanales en los últimos meses, saltando incluso a primera plana nacional. Concretamente hace unos días los ocupantes de una balsa recibían a la Guardia Civil con cuchillos, de manera violenta. ¿Se teme por el ‘efecto contagio’ aquí en Ceuta de esa manera de actuar?
–En general, en el centro, el ambiente es normal, con sus altibajos. Cuando hay una lista de personas que van a salir hay quienes se llevan una gran decepción porque no salen y otros una alegría incontenible. Hay que jugar un poquito con eso para no contagiar al resto, pero el comportamiento general es normal y más que aceptable, lo cual no quita para que alguna vez se dé un punto de crispación por algo en concreto. Hay que tener en cuenta que estas personas están sujetas a una gran tensión. Contamos con una serie de psicólogos que están muy pendientes de eso y si se observa que están en una situación crítica rallando lo considerado problemático se procura  que entre en una línea de vulnerables.
–¿Qué opinión le merece el riesgo que existe, teniendo en cuenta que se trata de un gran número de personas y un grupo de lo más heterogéneo, a que nazcan en el CETI pequeñas mafias? Hablo en el ámbito de las drogas, de la trata o de otras actividades delictivas.
–En cualquier orden dar una seguridad absoluta, yo no me atrevería, pero sí que es una preocupación, desde luego. En el momento en que detectamos algunas relaciones un tanto extrañas o que alguna de las residentes presenta alguna queja sobre una vejación que haya podido sufrir por parte de otro interno, lo primero que se hace es ir al Juzgado. Son inmigrantes, pero no olvidemos que hay unas fronteras que no se pueden pasar. No se te puede eximir por tu condición. Estamos muy encima para poder detectar lo más mínimo y ponerlo en conocimiento de quien corresponde para que se pueda investigar porque nosotros no somos investigadores...
–Sí, pero al trabajar día a día aquí sí que son quienes más posibilidades tienen de detectar que algo ocurre...
–Sí, y esa comunicación existe. En el poco tiempo que llevo aquí, ya he visto a ver tanto al jefe superior del CNP de Policía como al teniente coronel de la Guardia Civil. No estamos dispuestos a permitir que ocurra algo que pueda denotar que existe ese maltrato, esa trata o esas pequeñas mafias... y no lo pongamos en conocimiento de quienes están llamados a reprimir esos comportamientos.
–Los argelinos suelen resultar más problemáticos que otros grupos, ¿de qué colectivo estamos hablando actualmente?
–Ahora mismo son unos 60. El más numeroso es de Mali. Los argelinos suelen ser conflictivos, sí, pero como le he dicho antes esto es un centro abierto y tú controlas el período en el que se encuentran aquí dentro. En el patio, en el comedor, haciendo actividades... tienen un horario de regreso al centro, pero durante su actividad en la ciudad es algo que se escapa de nuestro cometido.

Cinco niños pequeños viven  en el CETI ahora

Seis unidades familiares. De entre ellas, cinco niños de los cuales los que están en edad escolar acuden a diario a clase en un colegio ceutí. Las familias, como recuerda Guitard, son consideradas en el CETI colectivos vulnerables. “A lo mejor, a pesar de que tengan un módulo aparte en el que las madres conviven con sus hijos, los niños tienen juguetes y están escolarizados, este ambiente no es el más idóneo para ellos. Desconozco en qué entorno estaban en sus países, pero creo que nosotros podemos ofrecer algo más, de ahí que se les dé una cierta prioridad y se les derive a centros más reducidos y con otro ambiente”, indicó el nuevo director. También recibe un trato preferente el enfermo crónico. Un arma de doble filo que en ocasiones levanta ampollas.

quino Guitard alaba el trabajo de su predecesor, Carlos Bengoechea.

Entradas recientes

Tercer día de Feria recorriendo las casetas del Real

El tercer día de ruta por las casetas del recinto ferial de Ceuta ha estado…

01/08/2024

El Bingo de la Feria esconde un tesoro en su 25 aniversario

El famoso Bingo de la Feria de Ceuta celebra este año su 25 aniversario. Por…

01/08/2024

El tributo a Mecano en la Feria llena el Auditorio de la Marina

El Auditorio de la Marina en Ceuta ha vuelto a realizar un viaje al pasado…

01/08/2024

¿A que no lo sabes? Día 3 de la Feria de Ceuta 2024

Una noche más, FaroTV ha vuelto a recorrer el Real de Ceuta con su concurso…

01/08/2024

El Parque Marítimo se viste de Feria en la cena para mayores

Los mayores son los protagonistas en este miércoles de Feria. El Parque Marítimo viste sus…

31/07/2024

Una injusticia para los gatos: Ahí lo dejo

Hay una problemática en el Polígono Virgen de África 30. Me he pegado 15 años…

31/07/2024