Plásticos y cartones acumulados, orines y hasta excrementos son algunas de las estampas que día con día se encuentra el alumnado del CEIP Príncipe Felipe al entrar a clase. Esta situación, explican las madres y padres de los alumnos, deriva del paso constante de porteadores y porteadoras por la proximidad que tiene este centro educativo de la frontera y los polígonos del Tarajal.
Al ser un sitio de paso de porteadores, es frecuente ver como las mujeres se ‘fardan’ los productos para poder cruzarlos por el paso fronterizo a escasos metros de la puerta por donde ingresan los niños de Infantil, algo que molesta al AMPA de la escuela, ya que no quiere que los menores vean como las porteadoras se levantan la ropa y empiezan a esconderse los productos.
Además de la “mala imagen” que acusan a esta actividad, se quejan de la suciedad que provoca: multitud de cartones y plásticos en las entradas y alrededores del colegio. Por mucho que acudan a limpiar, en apenas un par de horas, el recinto se vuelve a llenar de la basura derivada del acarreo de mercancías, sobre todo del textil. “Aunque venga el Plan de Empleo y recoja la basura a las 10.00, a las 11.00 está esto sucio otra vez”, se queja una de las madres.
Y es que no sólo son los residuos y la basura, sino que una de las mayores denuncias emitida por el AMPA es que las entradas del colegio se han convertido en un “váter” para los porteadores. Relatan que las partes más aisladas,también cerca de la puerta de Infantil, es donde las personas dedicadas al porteo esperan para pasar la mercancía y durante este tiempo, lo ocupan como urinario.
Piden que la limpieza sea más intensa y que busquen una solución a esta problemática
Recientemente esta situación fue denunciada por la formación local Caballas, ya que algunas madres y padres mostraron fotografías donde se podían ver orines y excrementos humanos a pocos metros de los accesos al centro.
A esto se le une que los servicios de limpieza no pasan con toda la asiduidad que requiere el centro, debido a su ubicación de paso cercano hacia la frontera. Una de las madres se queja de que desde que inició el curso apenas han baldeado unas tres veces. “Y el pipí no se quita con una escoba”.
Son un cúmulo de situaciones que han provocado el enfado de los padres y madres que piden una solución desde hace ya demasiado tiempo y la cual no han encontrado por parte de ninguna autoridad competente. “Por lo visto los niños de este colegio no tienen derechos”, lamenta una de las madres.
La última acción que han llevado a cabo es ponerlo en conocimiento de la Federación de Asociaciones de Madres, Padres y Alumnos (FAMPA), para que sea ésta la que medie en favor del colegio. Ya en su día se pidió el corte del porteo en las horas puntas de entrada y de salida de los escolares, para evitar sortear a las personas cargando bultos por las calles, petición que tampoco obtuvo una respuesta.
En esta ocasión demandan que se busque la forma de que esta actividad no afecte a la operatividad del centro como lo está haciendo hasta ahora y mucho menos a la salubridad de los alumnos de este colegio, ya que se quejan de que los menores no deberían de convivir con basura y orines en el entorno escolar.