Opinión

El cuento interminable

Erase una vez una relación inquebrantable entre un pirata, una unicornio y un oso panda donde este último intentaba que tanto unicornio como pirata no se metieran en líos. Sin embargo, el oso panda se convierte en victima involuntario de las travesuras de los dos. Aunque es cierto, que en ocasiones, el oso es quien inicia las diabluras.
Ella es la más trasto y su condición de ser mitológica, pareciendo que nunca se vislumbrará su imagen, hace, de igual manera, que perciba las situaciones sin peligro alguno. Es decir, no contempla la altura desde donde salta porque cree que jamás se hará daño; no puedes despistarte ni un segundo, en cualquier tienda de juguetes, porque te aparece con un carrito lleno de cachivaches creyendo que el dinero es infinito; no gestiona su resistencia al correr ya que considera que no se cansará; y no le teme al mar ya que nada sin cesar hacia el horizonte, existan olas o no, queriendo tocar la línea que separa el océano del cielo. Además, imagina que el mundo es una pista de baile sin paredes por lo que bailar es una de sus señas de identidad. Por otro lado, si no tomamos la decisión que ella considera se enfada, frunce el ceño, y si nos mantenemos en no aceptar su fallo, inmediatamente, tan rápido como el chasquido entre dos dedos, emerge una boca tan grande como una cueva y nos ensordece con un llanto, sinceramente, insoportable. Si llegamos a este punto, no nos queda otra tanto a pirata como a oso panda que encajar su dictamen para poder proseguir con el viaje. Eso si, pirata se enoja pero oso panda le promete recompensa. También, es necesario comentar que unicornio no consentiría proseguir su viaje sin pirata y todo lo que recibe lo comparte con él, ya que entiende que la vida si él sería demasiado aburrida.
Pirata es bueno, inquieto y sensible. Como buen pirata sólo quiere descubrir nuevos parajes y encontrar respuesta a sus preguntas. De hecho, no para de investigar hasta que sus interrogantes no sean resueltos. Siempre está batallando con Unicornio, pero es consiente de que por ser el mayor, a veces, debe ceder un poco, aunque eso implique estar en contra de lo que piensa. Se adapta a todo, es raro que ponga un impedimento ante una nueva aventura que iniciemos y, sin ser el mayor de los tres, es el más sensato ya que constantemente se preocupa por la viabilidad económica del episodio. No obstante, como todo niño finalmente se rinde ante el capricho. Asimismo, por su empatía hacia los demás, no soporta las injusticias y no entiende como puede existir niños y niñas de su edad sin recursos y ese estigma es lo que le hace especial y, seguramente, por ello, llegará allá donde marque su pregunta.
Oso panda es el mayor de los tres, con una paciencia admirable y supuestamente el más maduro aunque en determinadas circunstancias de supuesto peligro, debido a su aura ingenua, actúa con menor responsabilidad. Pero es quién vigila los caminos inefables de todas las andanzas que se inician. No pone alambradas a la imaginación de sus compañeros puesto que contempla que es ahí donde reside la infancia y, dependiendo como se trabaje, puede nacer un ciudadano que se preocupe por el planeta en un futuro. No obstante, la falta de límites en su proceder hace que, a veces, asuma riesgos innecesarios e, incluso, los maleduque, pero donde se ponga una sonrisa infantil todo está justificado. A partir de aquí los tres personajes comandan un número incontables de historias, capitaneado por oso panda, que le sirve para aleccionarlos en la fantasía de un mundo mejor.
Los episodios alborean en un inhóspito bar de desayuno para recargar energías y así tener las fuerzas suficientes para el desarrollo del nuevo capítulo. Unicornio jamás renuncia su plato de churros con chocolate, peligrando considerablemente su vestido ya que nunca sabemos cómo termina su cara embarnizada completamente de cacao. No obstante, milagrosamente, su trajecito tiene un final feliz. Mientras pirata, sin titubeos, exclama unas tostadas con mantequilla y es tal su apetito que no deja miga de pan en el plato. Finalmente, oso panda se conforma con un café puesto que necesitará de mucha cafeína para el trasiego de sus acompañantes y de la nueva aventura que le espera.
Antes de zarpar, diariamente observamos a una anciana mayor de origen rumana auxiliando dinero y ya, nada más empezar la travesía, le lanzamos unas monedas para que pueda combatir sus necesidades vitales. En este caso, se labra el primer aprendizaje del cuento comentándole que existen personas necesitadas y siempre que podamos les tenemos que ayudar según nuestras posibilidades. Hay que hacerles entender que, aunque vivan en un cuento, en éste también se escriben tramos donde no todo es bonito puesto que existen adversidades en los senderos de la vida. No obstante, si poseemos más que de lo básico y viven personas que no llegan al mínimo tenemos que hacer un esfuerzo y regalarle parte de lo que tenemos para que ellos puedan subsistir al igual que nosotros. Pirata y unicornio, entienden perfectamente el mensaje y una vez que socorremos a la mujer de avanzada edad proseguimos el viaje.
De pronto asoma un parque y eso significa libertad absoluta de juegos. Pirata por un lado, asalta desde un tobogán hasta un columpio como si estuviese en los confines del mar y se originase un enfrentamiento entre dos calaveras donde las bombas son los saltos que mete y las espadas entrecruzadas se equiparan a las caídas que sufre su elástico cuerpo. Unicornio, por otro lado, es tanta su ansia por llegar al paraíso de la recreación infantil que por un instante se queda perpleja e inmóvil porque no sabe cuál juego elegir. Sin embargo, una vez que empieza a brincar es casi imposible agotar su energía. Ella, no conoce el miedo, se arroja desde la cima de cualquier atracción, por ello, hay que estar escrupulosamente atento a sus movimientos debido que en su sique no alberga la posibilidad del daño corporal. Asimismo, oso panda no escatima en vigilancia hacia sus camaradas.
Exhaustos del parque, unicornio, pirata y oso panda se dirigen a almorzar ya que va acercándose la hora de colmar el estómago. No obstante, pirata y unicornio durante su estancia en el parque han aprendido, de manera colectiva con otros niños y niñas, que las atracciones son de todos y todas, por tanto, deben compartir tales juegos y esperar su turno. De esta manera, aprenden a convivir en comunidad, aceptar las normas e, incluso, desarrollar el sentido de ayudar a su compañero de juego cuando sea necesario. Así fomentan las habilidades sociales que les será clave en un futuro no muy lejano. Además, individualmente, van entendiendo que jugar potencia su estado físico y sistema psicomotriz vivificando la importancia del deporte en la vida.
Llego la comida a la mesa y no pueden faltar las patatas fritas con kétchup que tanto les gusta a pirata y unicornio. Además, el postre final siempre termina siendo un helado personalizado, ya que cada uno tienen su gustos como no podía ser de otra manera, pero en cambio guarda el denominador común del chocolate como estrella de la sobremesa. Mientras oso panda concluye con un café porque la cafeína acumulada en la jornada no es suficiente para mantener la hiperactividad de sus compañeros.
Ya, en el ecuador del cuento, el vestido flamante de unicornio abandonó sus colores originales que van tiñéndose de otras tonalidades causadas por los avatares propios que engalanan el capítulo y que no serán de agrado para la madre. Andando en torno a la playa, el minúsculo cuerpo de unicornio denota síntomas de fatiga y exclama a oso panda si le puede transportar en sus hombros. Oso panda no duda en acarrearla sobre su espalda, siendo para él de los grandes momentos del día, y cuando unicornio logra su propósito, ella cree que monta encima de un vehículo volador que, unido a sus alas de unicornio, puede llevarla hasta donde alcanza su vista.
En el vuelo, esquivamos señales de tráficos, personas y animales, entre otros. Además, unicornio pone a prueba a oso panda tapándole los ojos e incitándole a que vuele en el sendero que ella le marque. Sin embargo, unicornio con su malicia infantil promueve que el planeo sea un desastre intentando chocarle contra cualquier obstáculo, que sea motivo de chanza entre los usuarios del entorno. Suerte la del oso panda que pirata, con su carácter afable, le avisa de todas las minas inventadas por unicornio en su intento por ridiculizar a su compañero oso.
Al asentarnos en la playa, los planes son clarividentes, definitivos y no hay negociación alguna. Oso panda cruza el pantano arenal para encaminarse al mar donde le esperan unicornio y pirata. Una vez se sumerge oso panda en el charco salado, pirata y unicornio se aúpan encima de el como si de un caballito de mar gigante se tratase. Entre ola y ola van galopando en el encuentro de lances marinos hasta que el sol anaranjado se columpia allá en el crepúsculo. Es tanto el tiempo que pasan los tres en el agua que desaparecen los poros de su piel para transformarse en efímeras escamas.
Después del perenne baño, oso panda sestea en la arena, sin quitarle ojo a sus compañeros, y los deja que jueguen con otros niños y niñas del lugar. En este punto nace una lección vital. Oso panda observa una estampa maravillosa y es la confluencia de pequeños y pequeñas de todas las razas, etnias y enanos y enanas proveniente de territorios diferentes. Un niño o niña no le pregunta a otro porque eres negro, amarillo o blanco sino, simplemente, le interroga si puede o si quiere jugar con él, puesto que lo relevante del asunto es unirse con el fin de pasárselo bien. Por tanto, los niños y niñas nos dan una enseñanza estratosférica, que la diversidad es el mejor arma societario que tenemos para construir alternativas que nos permitan el objetivo de vivir un mundo mejor. Por tanto, gracias a pirata y unicornio, nuestro cuento tiene más protagonistas que hacen de esta historia un cuento especial.
El cuento sigue su marcha y se presencia la apocalíptica y bella imagen de la convivencia, durante un corto periodo de tiempo, entre luna y sol, lanzando nuestra anciana estrella los últimos rayos de la jornada. Todavía oso panda, pirata y unicornio tienen tiempo para una última parada antes de que se despidan hasta otra aventura: el centro comercial. En el trayecto, unicornio comete una pequeña infracción tirando un papel al suelo e, inmediatamente, pirata, en su amor por el medio ambiente, le replica a unicornio que eso no se hace, ya que las papeleras están perfectamente ubicadas para guardar ese tipo de bienes. Unicornio es la más pequeña de los tres, apenas acaricia al lustro, entonces le enseñamos que todos y todas tenemos una obligación con la naturaleza y que la basura hay que depositarla en la papelera para evitar la contaminación. Además, la libertad va ligada de responsabilidad, puesto que tú no puedes cometer actos que molesten al prójimo, de lo contrario es libertinaje. Por ello, seamos responsables en no atropellar los derechos ajenos, y como ocurre en esta ocasión, si contaminas estás perjudicando a los demás.
Unicornio al comprender la situación, recoger el papel y tras ubicarlo en el contenedor, vuelve al lomo de oso panda mientras que, paralelamente, pirata se adelanta un poco para guiarnos el camino con su espada y al rato nos grita: “tierra a la vista”, señalando la última estación del viaje, es decir, la tienda de juguetes. Este espacio es de exclusividad para pirata y unicornio, ya que oso panda poco tiene que opinar aquí. Entre que son tantos los juguetes y que sólo pueden escoger uno, la decisión final se antoja bastante complicada; y los nervios, poco a poco, empiezan apoderarse de ellos ya que el tiempo juega en su contra debido a la proximidad del cierre del establecimiento.
Llegada la fumata blanca, pirata elige una muñeca y al salir de la tienda se encuentra con un amigo y éste le manifiesta porque selecciona tal bien. Posteriormente, sin pestañear, pirata le explica que entre niños y niñas no existen clasificaciones ni en los juguetes ni en los colores así que al ver atractivo éste juguete, para su disfrute, lo eligió. Además, como unicornio juega mucho con él al futbol, siendo su deporte favorito, pues considera que también él puede adaptarse a los gustos de ella y así compartir juegos. Al poco tiempo, pirata le pregunta a oso panda si hizo bien con la compra y este le responde: por supuesto pirata, ya que, como tú le has comentado a tu amigo entre juguetes y colores no existe distinción de género.
Por último, a pirata, por su condición inquieta y albergando incontables signos de interrogación en su mente, le parece muy curioso que, precisamente, este amigo tuviese dos mamas en vez de una mama y un papa y le consulta, nuevamente a oso panda, si eso no era raro. Oso panda, le argumenta que no es inusual, porque las personas se enamoran del corazón y no del sexo. Así que tener dos papas o dos mamas es tan maravilloso como vivir con un papa y una mama.
El relato va anidando sus últimos suspiros y ya empiezan a asomar los primeros claros de luna. A lo lejos en la calle se entrevé la silueta de la mama de pirata y de unicornio para recogerlos puesto que es tarde para que sus pequeños corazones sigan palpitando despiertos. Ambos, al contemplar a su mama, van lanzados hacia su abrazo materno, lo que no significa que abandonen a su inseparable compañero oso panda. Sin embargo, por más que pirata y unicornio hayan vivido episodios fantásticos e inigualables con oso panda, es imposible compararlos al cariño de una madre. Y así, retornando oso panda a su solitaria vida, el cuento interminable baja sus cortinas hasta otro nuevo episodio.
Pues bien, pirata y unicornio junto con oso panda viven constantemente en un cuento interminable y maravilloso con multiplicidad de lecciones que les servirá a los benjamines para ir aplicándolos a sus vidas. No obstante, la pregunta es: ¿por qué muchos niños y niñas transitan en un cuento interminable maldito? ¿o es qué acaso todos los niños y niñas del mundo no merecen de historias como las que viven, unicornio y pirata con oso panda?.

Son muchos ejemplos de historias interminables malditas de niños y niñas sin recursos, no pudiendo llenar sus barrigas y así saciar tanto el hambre como la sed; de niños y niñas que surcan el Mar Mediterráneo en pateras sin saber si lograrán tocar orilla; de niños y niñas que lo único que escuchan es la nana de las bombas, minas y artefactos explosivos que son lanzados al pueblo de Yemen, Palestina y Saharaui; de niños y niñas que son insultados y maltratados físicamente debido al cobarde bullying; de niños y niñas que son explotados tanto laboralmente como sexualmente por no hablar de la pederastia y de los enfermos mentales que lo ejecutan; de niños y niñas que están refugiado en campamentos inadecuados debido que sus regiones originales son pastos de las balas; y de niños y niñas que son casados por unas costumbres que aniquilan lo más sagrado de su ser, es decir, la infancia. De este modo, los habitantes del globo terráqueo no podemos permitir el yugo a la infancia de nuestros niños y niñas.
La sonrisa de una niño y una niña, adornada de sus diminutos dientecillos como si se tratase de minerales que emanan de la tierra, debe de ser el faro que ilumine toda la humanidad. Fíjate si es tan poderosa la sonrisa benjamina, que el arcoíris que en un principio iba tener una óptica boca arriba tuvo que ser coloreado boca abajo, ya que su contorno no podía ser copiado por la naturaleza, por más que tizne las estaciones del año, con el mismo dibujo que florece de la sonrisa infantil. De haber sido así el retrato del arcoíris no tendría el impacto visual que atesora hoy debido que la risita aniñada le hubiera robado parte de su iridiscente esplendor.
En el caso de oso panda, cuando le sonríen pirata y unicornio, el mundo se para, porque es tal el calambre etéreo que siente en el alma que ya los problemas desaparecen. Sus sonrisas inmarcesibles son el almíbar de la utopía y le recuerdan que, por favor, no pierda la niñez porque es ahí donde puede residir la solución a cualquier enigma. No habita más magia descalza como la sonrisa que derrama un niño y niña en el plano de sus minúsculas bocas y es esa pintura meliflua la que tenemos que salvar de manera universal.
Que la declaración de los derechos humanos dicte la protección absoluta de la infancia y la igualdad de condiciones entre los niños y niñas del mundo. Subrayando los churretes de sus cachetes provocados por los juegos y no por las guerras y la falta de higiene; y, por supuesto, que sus sonrisas sean la esperanza de un nuevo amanecer planetario.
Mientras tanto, pirata, unicornio y oso panda seguirán enjalbegando aventuras y batallando hacia la búsqueda incesante para que todos los niños y niñas de nuestra orbe, sueñen con un lindo cuento interminable….

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