Los ánimos en la Feria de Ceuta no decaen en ningún momento. Parece como si se estuviese en el sábado del alumbrado, puesto que las calles del recinto sigue atrayendo a caballas, así como a turistas que están de paso y que se han encontrado con este evento por sorpresa. Estas Fiestas Patronales en honor a la Virgen de África han alcanzado su cuarto día, sobrepasando así el ecuador. De todos modos, aún queda bastante por delante y muestra de ello es que FaroTV continúa con su recorrido por las casetas a la hora de la cena, cuando más gente se aglutina en los interiores y alrededor de las mesas.
Como de costumbre lo que no ha podido faltar han sido las tortillas de patatas o los pinchitos y pimientos, así como el tomate aliñado. En la misma línea, ha hecho acto de presencia la cerveza, el tinto de verano y el rebujito para refrescarse del bochorno de estas noches. En resumen, ningún paladar se ha quedado atrás, pues siempre hay un alimento o bebida que alegre al comensal.
Y es que este ha sido solo el comienzo de una noche de feria. Primero las cocinas echan humo y luego se da comienzo a los bailes que vienen de la mano de los grupo de flamenco y del dj encargado de animar a la noche caballa.
En esta ocasión, FaroTV se ha adentrado en las casetas de El Rocío, El Señorío, Cariño Mío y La Encrucijada. Veteranas y nóveles se dan de la mano, ya que en todas son bienvenidos los ceutíes. Algunas cuentan con décadas de historia y otras apenas un lustro. Los años es lo de menos, cuando el principal propósito es pasarlo bien junto a los amigos y la familia. Inmortalizar estampas que se han visto ausentadas durante dos años de pandemia a causa de la Covid-19.
Ahora se regresa a la nueva normalidad al ritmo de sevillanas. El cielo de Ceuta se llena de bombillas. En esta jornada se ha llegado a la mitad de las fiestas, pero sin que decaiga la actitud. Solo queda que se aproveche el tiempo lo mejor posible.
Este 2022 es singular para la Real Hermandad de Nuestra Señora del Rocío de Ceuta. Está de celebración por partida doble, puesto que conmemoran el 35 aniversario de la fundación de la Hermandad, así coincidiendo con la creación de su caseta que se encuentra en la calle principal del recinto. Las personas que trabajan en las cocinas y atendiendo a los comensales forman parte de esta congregación y se turnan con la pretensión de que se disfrute de la mejor manera de estas fiestas. El resultado es de sobresaliente, cuando se dejan ver que todas las mesas están llenas y las viandas no paran de salir de las cocinas.
El Señorío es de esas casetas que se adaptan a cualquier situación. Su plato fuerte, nunca mejor dicho, es la cena. “Lo primero es que la gente que venga, disfrute de los platos que ofrecemos, que queden satisfechos para que al día siguiente puedan venir”, ha afirmado uno de los encargados. Una vez que pasa estas primeras horas de feria, se da paso a la fiesta. Los sonidos discotequeros sacuden este espacio, congregando a más de un centenar de personas cada jornada. Ya se ha convertido en uno de los lugares de reunión para tomarse esas copas al son de los ritmos que trae el dj. Comida y música, una combinación que los favorece demasiado.
Cariño Mío no iba ser menos esta noche y ha llenado todas sus mesas de amigos y familiares. Todos ha estado dispuestos a disfrutar de esta cuarta noche de Feria. “Lo primero que hemos hecho es venirnos porque teníamos reserva a las diez”, ha comentado una de las comensales. “Aquí hemos venido a pasarlo bien entre amigos”, ha dicho otras de las integrantes de este grupo. Mientras todas charlan, los platos han comenzado a llegar uno a uno. Ya de antes habían degustado el tomate aliñado y unas croquetas. “Después de que comamos, tenemos pensado irnos a otra caseta para bailar, la noche solo acaba de comenzar”, ha expresado María con una sonrisa en la cara.
Esta caseta tan arraigada a la Semana Santa, ya que pertenece a la Hermandad de La Encrucijada, celebra estas fiestas con un sabor agridulce. Sobre todo felices por regresar al recinto ferial tras dos años de pandemia, pero aún arrastrando el duro recuerdo de lo ocurrido en la Iglesia de San José. Por ello, tienen el claro objetivo de recaudar fondos para así costear la construcción de los nuevos pasos de sus Titulares. En la barra donde se sirve los platos y las bebidas, se encuentra una urna para que todo aquel que quiera colaborar con la causa, pueda dejar una ayuda. “Estamos muy agradecido con todas las personas que se han volcado con nosotros”, ha señalado uno de los camareros.
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