Ceuta atraviesa su cuarto día de estado de alarma, su cuarto día de restricciones que este miércoles han venido a tener otro acompañamiento añadido por la Madre Naturaleza:
el Levante. La fuerza del temporal ha dejado
a los pocos españoles que van llegando desde Marruecos tirados en la estación marítima. No se puede salir de Ceuta ni tampoco llegar a la ciudad. Es un estado raro, extraño pero al que debemos adaptarnos poco a poco.
Las calles desiertas y los controles policiales reforzados después de unos primeros días de estado de alarma en el que la ciudadanía parecía no asumir lo que estaba ocurriendo marcan una jornada que transforma Ceuta en una ciudad fantasma. Al temporal y a los bloqueos en la estación marítima se suman los profesionales que trabajan en las calles dotados de protección. Distintos sectores profesionales están echando mano de las videoconferencias e impartiendo clases online, los que deben salir y desplazarse son aquellos a los que no les queda más remedio que hacerlo.
Trace ha redistribuido su trabajo y emplea agua con mayor carga de producto de limpieza para atacar, también dentro de sus funciones, más el virus. La flota de autobuses ha reducido aún más sus rotaciones. Las últimas salidas de las líneas 1, 4, 5, 6, 7 y 8 se realizarán a las 22:00 horas desde la Plaza de la Constitución. En cuanto a las líneas 2 y 3, los últimos viajes programadas se efectuarán a las 21.45 horas también desde la Plaza de la Constitución. Hay instalaciones cerradas, establecimientos con la persiana echada y zonas no abiertas al público como es el caso del cementerio. Ni se puede acudir a visitar a los fallecidos, solo se puede acceder al camposanto para un entierro y cumpliendo también las órdenes dictadas de alejamiento entre personas.
Este miércoles se ha pedido la incorporación en la calle de los militares para apoyar en los controles a pie de carretera. Se trata de evitar que nadie salga a la calle más que lo imprescindible. Solo se ha reconocido de manera oficial
un caso de coronavirus, pero las medidas son igual de estrictas para todo el territorio nacional. Y en la calle cuanto más control se vea y se ejerza mucho mejor, porque sigue habiendo gente que incumple las directrices y es sorprendida paseando, haciendo deporte o de ocio. Estos comportamientos conllevan sanciones económicas, multas e incluso detenciones.
En el plano económico la Ciudad espera recibir 850.000 euros para las respuestas sociales básicas a la crisis del coronavirus, dentro del plan de 300 millones aprobados por el Estado. La distribución del fondo social extraordinario para Ceuta y Melilla es del 0,5 % incrementándose en 100.000 euros a cada una de ella, lo que en principio “supondría la cantidad estimada de 850.000 euros para la ciudad autónoma”, ha detallado el portavoz del Ejecutivo, Alberto Gaitán.
Y Ceuta está peor aún porque arrastra la falta de inyección económica de los 7,2 millones que debía haber aportado el Estado y nunca lo hizo. Con esta crisis añadida la situación empeora y el propio Gobierno no evita ya anunciar que la situación será muy compleja porque, de hecho, ni siquiera se sabe el tiempo que terminará durando la cuarentena.
Y en medio de toda esta situación hay quien quiere hacer negocio. ¿Y cómo? Varios ciudadanos han llamado a este periódico para comunicar que, por ejemplo, se estaban vendiendo las cajas de huevos de 30 unidades a 26 euros y ahora las ofrecían a 40. O botes de alcohol a los que les doblan el precio. Hay quienes quieren aprovechar este tipo de situaciones, aunque lo que prima es la solidaridad que se está materializando en la creación de grupos de whatsapp para ayudar a quienes requieren de un apoyo al estar solos en sus casas o en dificultades.